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Ajedrez, prohibición en Arabia Saudí

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Dos jugadoras musulmanas, una siria y otra iraní, se enfrentan en un torneo.

Por Jesús Cabaleiro Larrán
El gran muftí de Arabia Saudí, Abdul Aziz bin Abdullah al ash-Sheikh (1943) ha prohibido la práctica del ajedrez en una fetua (pronunciamiento legal en el Islam), con el pretexto de que es una pérdida de tiempo y dinero: “Es la obra de Satanás”, indicó en respuesta a una pregunta durante un programa de televisión que permite visualizar y recabar la opinión de juristas del Islam sobre lo lícito (halal) o ilícito (haram).

El gran muftí, o máximo juez de los wahabíes, visión rigorista del Islam que existe en Arabia Saudí, enlaza el ajedrez con los juegos de azar (prohibidos en el Islam), al señalar que incita a los mismos y que es “una pérdida de tiempo y dinero, y causa odio y enemistad entre los jugadores”, además, “impide asistir a las plegarias diarias y es, en efecto, una manera de ganar dinero sin merecerlo” dijo.

El gran muftí dirige un rezo en una mezquita ante autoridades saudíes.
El gran muftí dirige un rezo en una mezquita ante autoridades saudíes.

Los hechos se remontan a un video extraído de un programa de televisión y publicado en internet en diciembre de 2015 pero que ha vuelto a aparecer el pasado jueves 21 de enero el citado video de esta fetua de donde se ha propagado a los medios de comunicación.

Ciego desde 1960 y nombrado gran muftí en 1999, Abdul Aziz al ash-Sheikh pertenece a la dinastía Al Sheikh cuya alianza con la familia Saud permitió la fundación del Reino de Arabia Saudí en 1932 y esta alianza ha sido renovada desde entonces. Esta dinastía ejerce desde entonces la máxima autoridad religiosa del reino saudí donde se aplica la doctrina wahabita, la más rigorista interpretación de las cuatro escuelas existentes en el Islam.

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El presidente de la federación de ajedrez de Arabia Saudí, Mousa Bin Thaily, ya ha mostrado su preocupación, porque la norma puede “tener efecto o no, dependiendo de la reacción pública”. Si se convierte, finalmente, en una medida legal, Bin Thaily teme que se despierte una represión contra los ajedrecistas. Según dijo, puede que “la policía, especialmente la religiosa, emprenda acciones legales”. A título de anécdota, en Arabia Saudí, la pieza del rey no está coronada por una cruz, sino por la media luna creciente del islam. Además ninguna pieza tiene representación de figura viviente alguna.

La opinión del gran muftí sobre el ajedrez es asesora, y dado que no hay jerarquía religiosa en el islam, no es de obligado cumplimiento para ningún musulmán, si bien al asesorar a los órganos judiciales y legislativos saudíes, son las autoridades de dicho país los que deciden si las secundan o no para la vida cotidiana.

Habría que recordar algunas otras opiniones del gran muftí: en 2001 recomendó la prohibición de los juegos de aventura de Pokémon para los niños; el 15 de marzo de 2012, declaró: “Todas las iglesias en la Península Arábiga deben ser destruidas”; en abril de 2012, emitió una fetua permitiendo que niñas de diez años de edad se casen insistiendo en que están listas para el matrimonio a los 10 o 12 años, a lo que hay que añadir que es uno de los firmes partidarios de reforzar la prohibición de que las mujeres conduzcan.

Eso sí, ha condenado al Dáesh, o Estado Islámico, con el que, sin embargo, coincide en la prohibición del ajedrez. Hay que recordar que en los territorios que controlan, el ajedrez, shatranj en árabe es haram, no se verá un tablero en las ciudades donde ha implantado su régimen de terror.

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El anuncio de esta medida provocó la indignación y alguna respuesta humorística en las redes sociales de los cinco continentes.

“El intento de Arabia Saudita para prohibir el ajedrez es estúpido, deberíamos preocuparnos más acerca de sus prohibiciones en materia de derechos humanos y la democracia”, publicó el excampeón mundial de ajedrez Gary Kasparov en una red social.

“Al parecer, este juego requiere el uso de su cerebro y eso es haram“, bromeó en la misma red social, el productor de televisión libanés Nasser Fakih.

El concejal de la localidad francesa de Courbevoie Pierre Laroche ironizó que el gran mufti, “es un hombre muy tolerante que se dio cuenta de que una reina puede tener una importancia superior a la del rey.”

Hay que recordar prohibiciones recientes en el mundo musulmán, en la rama chií, la del ayatolá Jomeini en 1981, y en Irak, el juego fue prohibido “en todas las circunstancias” en 2004 por el gran ayatolá Ali al-Sistani (1930). Precisamente la primera reprobación del juego proviene del cuarto califa después de Mahoma y primer imán chií, Ali Ibn Abu Talib (599-661) en el año 655-656, que reprobó el juego debido a que las piezas tenían figuras humanas.

Otros detractores del ajedrez como el tercer califa abasí, Muhammad ibn al-Mansur al-Mahdi (744-786) quien prohibió el juego en 780; el sexto califa fatimí, Al Hakim llamado Bi Amr Allah (985-1021) lo prohibió en Egipto en 1005. Los integristas musulmanes le acusaban de ser el más reprobable de los juegos incluso que otros juegos de azar, “por ejercer una mayor fascinación sobre el creyente”.

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En la rama suní, los talibanes afganos también lo prohibieron en 1996 y actualmente como ya se ha manifestado Daesh o Estado Islámico (Isis según las siglas en inglés) en el territorio que controlan en su llamado califato de Levante e Irak.

El ajedrez se practicaba como algo muy común después de la muerte del profeta Mahoma, en el año 642. “No hay nada malo” en el ajedrez señalaba el segundo califa después del profeta, Umar ibn-al Jatabb (581-644). El juego se aceptaba mientras no hubiera apuestas, no interfiriera en los rezos ni asuntos religiosos, ni hubiera lenguaje improcedente, ni insultos o maldiciones entre los jugadores y las piezas no podían contener representaciones de criaturas vivientes. En cuanto al espacio físico siempre se aconsejaba en lugar cerrado.

Por último, recordar que, precisamente, los Reyes de España suspendieron una visita a Arabia Saudí prevista en febrero. El motivo esgrimido para suspender el viaje es “la actual situación política”, que obliga al rey Felipe VI a permanecer en España. Esta presencia se había convertido en incómoda por las recientes ejecuciones de 47 personas. Podemos, Izquierda Unida e inclusos voces del PSOE habían mostrado su protesta por este posible viaje.

Fuente: periodistas

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