España.- A partir del campeonato de ajedrez que disputaron en plena guerra fría el soviético Boris Spasski y el estadounidense Bobby Fischer, el dramaturgo Juan Mayorga reflexiona sobre la necesidad de jugar a ser lo que no somos en «Reikiavik», que llega al teatro Valle-Inclán.
Es un texto «deslumbrante», ha dicho el director del Centro Dramático Nacional, Ernesto Caballero, que ha presentado hoy esta obra en el Valle-Inclán, donde se representará «Reikiavik» desde mañana y hasta el 1 de noviembre, y con la que abre la temporada el CDN.
Con el ajedrez como telón de fondo, Mayorga escribió esta obra compuesta por tres historias que, ha considerado, reúnen las cuatro características que cree que debe tener el teatro que quiere hacer: «acción, emoción, poesía y pensamiento».
De la mano de los actores Daniel Albadalejo, César Sarachu y Elena Rayos, la primera de las historias está protagonizada por Boris Spasski y Bobby Fischer, dos personajes que fueron elegidos para representar no solo a dos países poderosos, sino a dos culturas y dos sistemas y valores.
«Me hacen pensar en Aquiles y Héctor en La Iliada: elegidos para enfrentar dos formas de pensamiento, pero también a una Odisea frustrada porque ninguno de los dos pudo volver a su patria, acabarán siendo dos desterrados», ha indicado Mayorga.
«No menos inquietante», ha dicho, es la segunda historia, protagonizada por Bailén y Waterloo, quienes reconstruyen ante un muchacho el duelo de Reikiavik pero entorno a un tablero en el que en vez de jugar al ajedrez, desempeñan otro juego, ha explicado su director.
Y en la tercera, el muchacho se detiene a observar este juego «y su vida cambiará para siempre».
«No estamos ante una obra de teatro documental», ha insistido Mayorga, que ha asegurado que tanto los aficionados al ajedrez, como «los que no saben mover un peón» disfrutarán con este montaje.
César Sarachu ha asegurado que el texto escrito por Mayorga «tiene una vitalidad enorme» y se ha preguntado «qué hay más teatral que querer vivir la vida de otro».
Para Daniel Albadalejo, «Reikiavik» es un espectáculo «que hace que el espectador se sienta orgulloso de ser espectador de teatro», ya que tiene que estar muy activo y en el que se ofrece al público que juegue con el montaje.
Elena Rayos, que interpreta al muchacho, ha afirmado que le gustaría ser «ese espectador que pasa por la calle, ve algo que le llama la atención y algo cambia para siempre».
Fuente: efe
