El considerado por muchos como el mejor Rey de Caissa de la historia, Garry Kaspárov, dijo una vez sobre la legendaria trebejista Judit Polgár: “Tiene un talento fantástico para el ajedrez pero, después de todo, es una mujer. Ninguna mujer puede sostener una batalla prolongada”. En 2002 tuvo que tragarse sus palabras cuando la húngara lo derrotó en Rusia.
Precisamente contra El Ogro de Bakú, Nigel Short cayó en 1993 en la disputa del match por el título mundial. El inglés comentó en 2016 en el Abierto de Hoogeveen que las mujeres juegan peor que los hombres habitualmente. Años antes había sentenciado: “Sería fantástico ver más chicas jugando al ajedrez, y a un alto nivel, pero en lugar de preocuparnos por la falta de igualdad, quizá simplemente debamos aceptarla con dignidad, como un hecho”.
Estos son solo dos ejemplos del machismo que aún prevalece en el deporte de los jaques mates. Este lunes en el marco del 53 Capablanca In Memóriam en Cuba se presentó el libro de la editorial Deportes Caissa lucha por la igualdad, de Carlos Rivero, Maestro Nacional, Comisionado Nacional y Vicepresidente de la Federación Cubana de Ajedrez.
“En la Olimpiada de 2012 estuvieron más de 45 minutos hablando sobre grandes momentos del juego ciencia en la inauguración y no se mencionó a ninguna mujer. En la última edición, solo mencionaron a Vera Menchik, Hou Yifan y Polga”, aseveró el autor de la obra.
La idea se remonta a 1992 cuando Rivero era profesor en la base y en una clase sobre clásicos del olimpo de Caissa una niña le preguntó por qué no había hablado de ninguna fémina. “Nuestro programa de enseñanza no estaba diseñado siquiera con una posición o jaque mate de una mujer. Eso ya cambió e incluso hemos igualado dentro de lo posible su cuota de participación en capablancas y nacionales”.
Bárbara López Chávez Mariño, primera Árbitro Internacional de Latinoamérica y Directora de la Editorial Deportes, resaltó los obstáculos que tienen que enfrentar las mujeres. “Los hombres pueden dedicar todo el tiempo al ajedrez, porque se distancian de los quehaceres de la casa. Este título es una guía práctica para que las féminas luchen por desarrollarse en el juego ciencia”.
También, ejemplificó como Oleiny Linares disputó un Campeonato Nacional con una niña de 45 días bajo su responsabilidad. “Hizo valer su calidad y sacrificio y terminó cuarta”.
El editor del libro, Carlos Alonso, instó a las trebejistas a escribir sus propias historias. “Se habían publicado libros sobre la mujer y el deporte, sobre todo de trayectoria de atletas. Este, sin embargo, está inspirado en demostrar la injusticia de silenciar el papel de la mujer en el desarrollo del juego ciencia”.
Entre las buenas nuevas que se dieron a conocer en la presentación conocimos de la petición de Lisandra Ordaz, única Maestra Internacional Absoluta en la historia de Cuba, para incorporarse a las eliminatorias nacionales masculinas. Esta decisión podría indicar el mismo camino que tomó Yifan, al renunciar a los eventos femeninos para dedicarse solo a enfrentar a hombres.
Fuente: trabajadores