Los fundadores de la Escola Xadrez Pontevedra viajan el jueves a Jordania para fundar una escuela en un campamento sirio.
El campo de refugiados sirios de Azraq, en Jordania, recibirá el jueves una visita especial. La de tres de los fundadores de la Escola Xadrez Pontevedra. Allí abrirán una escuela de ajedrez para «dar una vía de escape a estas personas», explica el presidente del club Daniel Rivera. Serán once días los que pasarán en el campamento jordano acompañados por Álvaro Van den Brule, fundador de la oenegé Ajedrez sin Fronteras, promotora de esta iniciativa.
En Pontevedra, toda la escuela está volcada con esta campaña humanitaria. Llevan dos meses recopilando material para jugar al ajedrez y confeccionando, de su puño y letra, tres manuales de ajedrez. «Uno de nivel básico, otro intermedio avanzado y otro más de formación para monitores», explica Rivera.
La comitiva pontevedresa está formada por dos maestros internacionales, Pablo García Castro y Daniel Rivera; y una psicóloga, Alba Piay García, también profesora de ajedrez. «Estaremos un día en Zaatari para entregar el material y dar alguna charla y el resto en Azraq, donde montaremos la escuela», puntualiza un Rivera que espera captar la atención de la mayor parte de los 50.000 refugiados. «El ajedrez no tiene edad», recalca.
Además de aportar una vía de ocio a la población siria de Azraq, la comitiva pontevedresa pretende colaborar en la formación de los refugiados. «El ajedrez favorece la educación, potencia la lógica haciendo que se tomen mejores decisiones, fomenta la creatividad y el cálculo, pero, sobre todo, hace que solucionemos conflictos de forma pacífica», explica el presidente del club pontevedrés.
La de Jordania será la primera actividad humanitaria de la escuela local en el extranjero. Pero no será la última. De la mano de Ajedrez sin Fronteras ya preparan la apertura de nuevas escuelas en Sierra Leona, India o Tanzania.
Aunque los preparativos del viaje comenzaron hace dos meses, la Escuela lleva más de un año trabajando en esta iniciativa. «En mayo, por el Pontexadrez, vino Álvaro a la ciudad estuvimos hablando toda la noche y decidimos colaborar con la oenegé», recuerda orgulloso Rivera.
Fuente: lavozdegalicia