Por Guillermo Flores – Testimonio de la vida real
Desde Arequipa, Perú
PARA MI MEJOR AMIGO
Duramente golpeado y abatido por una terrible neumonía quedé internado por varios días, postrado en un lúgubre ambiente de un hospital, conjuntamente con la neumonía un cuadro crítico de asma empeoraba enormemente el dramático y peligroso colapso respiratorio, situación que me hacía presumir lo peor; después de dos colapsos y varios minutos de crisis respiratoria se hacía presente una sensación aterradora de pánico indescriptible que no me permitía tener lucidez.
En aquellos momentos insostenibles para mí, me acompañaba mi amigo de siempre aquel con el que fui ingrato en infinidad de ocasiones, él estuvo en todo momento a mi lado reconfortándome, dándome voces de aliento de esperanza, fortaleciéndome y recordándome permanentemente que no estaba solo, su presencia en esta adversa situación fue realmente trascendental para mí, me permitió estabilizarme emocionalmente y de allí empezar a hacer frente a esta terrible enfermedad; he rebuscado palabras para expresarle mi infinito agradecimiento pero me parecen insustanciales para describir la grandeza de su abnegación y generosidad hacia mi; me es mucho más fácil partiendo de mis errores expresarle mis sentimientos sinceros de arrepentimiento por mis inconductas e imperfecciones, y lo más lamentable de todo por mi recurrente indiferencia hacia él, por todo esto te pido perdón Dios mío, sé que esta ingrata experiencia ha fortalecido mi fé, me ha hecho mejor persona me ha acercado más a ti, veo la vida desde otra perspectiva, pero lo más gratificante para mí es haber recibido tu bendición por la que ahora estoy recuperando la salud y me permito dar mi testimonio:
tu sabiduría es mas grande que toda la ciencia médica y tu poder mas grande que cualquier medicina gracias por todo Dios mío, el amigo que nunca falla.
