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¿Cómo estudiar las aperturas?

MANUEL LÓPEZ MICHELONE
MÉXICO, D.F. (apro).- El inicio del juego es una de las primeras pesadillas de los ajedrecistas novatos. El problema es que hay un sinfín de posibles jugadas iniciales y además, hay todo un catálogo de variantes en casi cada apertura o defensa en ajedrez.

Y el pecado original de los ajedrecistas es estudiar esta fase del juego porque finalmente, nadie quiere perder en las primeras diez jugadas, por ejemplo.

Por ello, los ajedrecistas nos armamos de cuanto libro o bibliografía se puede sobre la apertura o defensa que queremos jugar. Pero ¿qué es lo mejor? ¿Cómo estudiar las aperturas? ¿Qué variantes garantizan mejores resultados? ¿Cómo hacer cuando hay tantas variaciones en las primeras jugadas de cada defensa y apertura?

Para contestar estas preguntas hay que considerar primero qué tipo de repertorio de aperturas queremos. Este debe ir acorde con nuestro estilo en ajedrez.

Si usted se considera un buen táctico, quizás le convenga trabajar sobre el gambito de rey, por ejemplo, o bien, sobre aperturas que desde el principio tenga desniveles en la valoración.

Si decide estudiar estas aperturas, vea los libros que hay sobre la misma, pero mejor aún, vaya a su base de partidas y saque las más importantes de la misma. ¿Cuáles son estas? Las de los mejores jugadores.

Vamos, que si quienes juegan el gambito de rey son ajedrecistas de tercera fuerza, difícilmente aprenderá algo, pues rápidamente las jugadas que hacen esos ajedrecistas serán en la mayoría de los casos, malas jugadas.

Las bases de partidas tienen cientos de encuentros de altísimo nivel sobre la apertura o defensa que elija. Busque, desde luego, monografías digitales elaboradas por jugadores fuertes. Vea en Internet qué materiales son gratuitos y catalogue. Estudie las partidas más ilustrativas de las variantes que quiere jugar. Use la computadora para jugar esas variantes y así tener una mejor idea de la razón de muchas jugadas que se hacen.

Un programa de computadora es el mejor “partner” para el ajedrecista. Puede graduar su nivel de fuerza y jugar contra él. No importa el resultado final, sino lo que pueda aprender de lo que dicho programa le muestra.

Y sí, si ya llegó hasta este punto de la lectura sabrá que todo esto lleva tiempo. Una vez le preguntaron a Kaspárov cómo se podía mejorar si se tenía poco tiempo para estudiar.

El ogro de Bakú le contestó: “¿Cómo quiere progresar si tiene poco tiempo?” El ajedrez requiere de muchas horas y es un mito que se puede jugar bien si no se estudia. Los grandes jugadores se toman muy en serio su trabajo de ajedrecistas y están diez, doce horas frente al tablero. Desde luego ellos son profesionales pero todos quisiéramos jugar mejor ¿verdad?

Así pues, para poder entender las sutilezas del inicio del juego, el desarrollo de las piezas, el conflicto central que eventualmente llega, requerimos de horas frente al tablero, viendo las partidas más importantes, las más ilustrativas de la defensa o apertura que elijamos.

No va a aprender mucho viendo muchas partidas en muy poco tiempo. El ajedrez es un arte que se va desarrollando internamente y de pronto llega el entendimiento. Puede tardar mucho tiempo para ello pero quien trabaja con seriedad, me queda claro, logra resultados.

De todas maneras, no espere ganar todas las partidas de la apertura que haya decidido estudiar. El juego ciencia es inagotable y hoy en día, a pesar de tanta información, se encuentran nuevas ideas a cada rato.

Lo importante es pues entender que poco a poco el cerebro empezará su comprensión más sólida del juego. Ah, y no olvide algo más importante: estudia para divertirse y jugar mejor. No es una tarea ingrata. Puede ser duro a veces, pero ver el gran ajedrez siempre es un goce.

Fuente: proceso

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