MANUEL LÓPEZ MICHELONE
MÉXICO, D.F.(apro).- Hace unos años, tomé clases de buceo, porque mi hermano Pedro es buzo profesional e insistió en que probara la actividad recreativa de bucear con tanque autónomo.
El “Oso” fue mi instructor y en algún momento, al final del curso, salimos a Veracruz a nuestro “examen” en aguas abiertas. Debo reconocer que el mar me inspira demasiado respeto y algo de miedo. Así, no la pasé muy bien en esta actividad y decidí mejor regresar rápidamente a algo más violento como el ajedrez.
Lo que sí descubrí en el curso es que los implementos del buzo contemplan todo género de calidades. Por ejemplo, los visores. Los hay en todos los tamaños, colores y sabores, y desde luego precios. No necesariamente el más costoso es el mejor, pero es evidente que hay empresas profesionales para el buzo y otras que son meramente para el buzo casual.
Igualmente pasa con el ajedrez. Cuando veo a algún jugador casual sacar su ajedrez porque quiere jugar conmigo, desde ahí puedo saber sobre su nivel de fuerza ajedrecística. En general, los ajedrecistas de competencia tienen un ajedrez “Staunton”, es decir, un juego con las figuras reconocidas como las estándar en todo el mundo.
En 1849, un tipo de piezas, diseñado por Nathaniel Cook, fue registrado, cediendo los derechos de manufactura a John Jaques y su compañía, Jaques of London. La “amenaza negra”, Howard Staunton, maestro de ajedrez inglés, anunció el nuevo modelo en su columna de ajedrez en el Illustrated London News.
Cada juego se vendía con un panfleto escrito por el mismo Staunton y como autor recibía regalías por cada juego vendido. El diseño era muy atractivo y rápidamente se convirtió en el estándar de los torneos de ajedrez.
Los Staunton originales estaban manufacturados en dos maderas diferentes, una clara y otra oscura. Es decir, no estaban pintados en blanco y negro, sino que las piezas tenían su color original de la madera. Cabe señalar que un Staunton original puede costar entre cinco mil y diez mil dólares.
Desde luego dependerá de las condiciones en la que esté el juego. Sé que algún jugador mexicano tiene un Staunton original, el cual era propiedad de Alekhine, que en una visita a México se lo vendió al padre de dicho jugador.
Este ajedrez Staunton tiene además una característica que lo hace único: Alekhine mandó hacer un juego diferente de caballos, porque el del ajedrez original no le gustaba. Así, el ajedrez del que hago mención, tiene dos juegos diferentes de caballos, el original, y el que mandó hacer el excampeón mundial. Una joya única.
Hoy día, se hacen imitaciones de los ajedreces Staunton en todo género de materiales. Los más populares son los de plástico y se pueden conseguir juegos que duren toda la vida por alrededor de 150 pesos.
Yo me compré uno hace un par de años, hecho por The House of Staunton, por alrededor de unos 60 dólares. Las piezas tienen un buen peso y el ajedrez viene con dos juegos de damas.
Quien juega al ajedrez de manera constante y quizás además, va a los torneos de ajedrez, no escatima en darse el lujo de comprarse un buen ajedrez para ir a las competencias. Desde luego, algunos ajedreces muy finos se estropean, se despostillan con mucho uso, por lo que yo recomendaría un ajedrez de plástico, bonito, durable, y dejar el fino para ocasiones muy especiales.
Fuente: proceso