Un anticuario la compró en 1964 por menos de 6 euros sin saber su valor real.
Un humilde comerciante escocés de antigüedades compró hace más de 50 años, en 1964, una pieza de ajedrez desconociendo que se trataba de una obra de arte y su auténtico valor. Pagó por ella tan solo 5 libras (5,63 euros)y, en lugar de ponerla a la venta en su tienda de Edimburgo, lo llevó a su casa. Allí permaneció olvidada durante años, hasta que la heredó su hija y, décadas después, su nieto. El joven decidió llevarla a una casa de subastas para que se la tasaran y se llevó una sorpresa mayúscula cuando le revelaron su auténtico valor.
Aunque consciente de que era una antigüedad, no se podía ni imaginar que se trataba de una pieza única y conocida mundialmente entre los expertos en arte. El valor es tal que saldrá a subasta en la prestigiosa Sotheby’s el próximo 2 de julio. Prevén que se venderá por un precio de entre 670.000 y algo más de un millón de euros.
Está claro que la hija del comerciante que adquirió tenía razón cuando decía que era un objeto especial. Incluso, «le atribuía algún significado mágico», como explica el nieto del hombre en unas declaraciones que recoge la web de la prestigiosa casa de subastas. Cuando la mujer la heredó envolvió la pieza con mucho cuidado con una bolsa y la guardó en un cajón, en el que estuvo durante décadas.
«De vez en cuando, la sacaba para admirar su singularidad», dice el joven, que comenta que a su madre «le gustaba mucho el ajedrez, cuya complejidad y su extravagancia admiraba».
La pieza en cuestión es un guardián (equivalente a la actual torre) «de marfil de morsa», tal y como dejó apuntado el comerciante en su libro de compras el día que la adquirió. Lo que la hace tan valiosa es que forma parte del ajedrez de Lewis, un conjunto medieval que fue descubierto hace más de 200 años, el juego más completo en número de piezas de la Edad Media y uno de los hallazgos arqueológicos más importantes del Reino Unido. Además, ha inspirado importantes escenas en historias tan populares como ‘Harry Potter y la piedra filosofal’.
De las 93 piezas de ese ajedrez conservadas, 82 están expuestas en el Museo Británico y las otras 11, en el Museo Nacional de Escocia (en Edimburgo). Al juego solo le quedaban un caballo y cuatro guardianes para estar completo. Con este nuevo hallazgo, ya solo faltan tres de los guardianes.
Para el responsable de escultura y obras de arte europeas de Sotheby’s, Alexander Kader, el haberse ‘topado’ con este guardián de Lewis es «uno de los redescubrimientos más emocionantes que se han hecho durante mi carrera». Tiene, además, un valor sentimental, ya que le trae «buenos recuerdos de su infancia», ya que veía una «brillante» serie de dibujos animados basada en la historia de este legendario ajedrez.
No cabe duda de que la subasta de esta pieza, el próximo 2 de julio, traerá consigo una gran expectación (además de una fortuna que se embolsará el nieto del anticuario que la compró hace más de 50 años por menos de 6 euros).
