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Genial talento Vs. personalidad

Por: Gilberto Rosales Chaparro
Nació un  9 de marzo – en el año 1943; su nombre Robert James Fischer, mejor conocido como Bobby. Tenía 29 años de edad, el día 4 de julio de 1972, cuando se apersonó en lo alto de la escalerilla del avión que lo había conducido a Reikiavik para disputar el título mundial de ajedrez que ostentaba otro genio, Boris Spassky. Su único interés aniquilar en solitario, contra el mundo, la hegemonía ajedrecística que los soviéticos monopolizaban por más de un cuarto de siglo. Conociendo su animadversión por periodistas y fotógrafos la organización les había vetado el acercarse a la escalerilla del avión, pero algún funcionario no acató el veto- recomendación. El Gran Maestro islandés Olafsson quien lo recibió oficialmente, recuerda:

«Todo iba bien hasta que Bobby salió a la rampa y vio la multitud de periodistas y fotógrafos que le esperaban abajo. Se puso a correr, sin reparar apenas en los dignatarios que le aguardaban, empujó a un lado a los periodistas y fotógrafos que se cruzaron en su camino y subió al coche más cercano de la hilera que aguardaba. Mientras esto sucedía, yo me había quedado parado en la puerta contemplando asombrado el alboroto, mientras Bobby bajaba corriendo la escalera. La hilera de coches salió al momento a Reikiavik, con una escolta de policía y una velocidad de 150 kilómetros hora: el protocolo reservado a la visita de un jefe de estado» (1)*

Para llegar allí – disputar el título mundial- ganó el primer puesto en el Interzonal de Palma de Mallorca en 1970, un puesto de seis entre 24 jugadores de lo más granado del ajedrez: Geller, Smislov, Taimanov, Polugaievski, Portisch, Larsen, Uhlmann, Gligoric, Hort, Mecking, Hubner, Panno, Matulovic, Rehevsky, Eleazar Jiménez Serquera, entre otros. Era Fischer la primera estrella mediática en la historia del noble juego y, además, clasificó primero (18.5/23), con un margen de 3 ½ puntos sobre Larsen, Geller y Hubner que compartieron el segundo lugar; Taimanov y Uhlmann en el tercero con 14/23 (2*)

Todavía debió vencer otros extraordinarios obstáculos: match de seis partidas contra las mentes brillantes, grandes maestros: Taimanov y Larsen, a quienes venció de manera espectacular- nunca visto en la historia del ajedrez a nivel de grandes maestros-, 6 a 0 en línea contra cada uno. Esta debacle causó la ruina moral, política y profesional de Taimanov y su alejamiento definitivo de la competencia- vino al rescate su genio musical, allí se refugió; por fortuna Taimanov era también reputado concertista de piano. Significó también la quiebra moral de Larsen, quien producto de su genialidad se recuperó dos años después.

Luego de esas demostraciones Bobby debió enfrentar – y superar otros escollos- al vencedor del «terrible» Korchnoi: la «Boa» Petrosian y detrás de éste toda la imponente maquinaria del aparato hegemónico del ajedrez soviético que Robert James se empecinó en derrotar cual quijote genio solitario. Sus principales enemigos: el mismo, su ostracismo y la soledad. Algunos suponen que Bobby padecía el síndrome de Asperger , lo cierto es que los mandamientos de la diosa Caissa no eran su guía, ya que, excepto de los mandatos 1, 3, 6, 8 en la lista a continuación; con el complemento no fue nada ortodoxo:

Preferir el ajedrez sobre cualquier otro juego

Acatar leyes y reglas

Apreciar el ajedrez como cultura

Difundir las virtudes del ajedrez

Saber ganar con elegancia y perder con gallardía

Pensar antes de efectuar una jugada

Respetar al árbitro, la organización y al adversario

Cuidar con celo piezas, tablero, reloj y planilla de anotación

Retirarse de un torneo solo con justificación

Fomentar la amistad y la solidaridad entre los pueblos a través del juego de ajedrez.

Sin embargo-mandamientos aparte- la estrella de Bobby Fischer fue de tal magnitud que el establecimiento estadounidense estuvo deslumbrado por la inminente posibilidad de que derrotara al ajedrez soviético y al respecto el presidente Nixon le escribió:

«Quería añadir mis felicitaciones personales a las muchas que ya habrá recibido. Su racha de diecinueve victorias consecutivas en una competición mundial carece de precedentes, y tiene todos los motivos para sentirse satisfecho de su soberbio logro. Mientras se prepara para enfrentarse al ganador del encuentro Petrosian y Korchnoi, no le quepa duda de que sus compatriotas le estarán dando ánimos. ¡Buena suerte!»

En el match contra Petrosian en Buenos Aires- como de costumbre- Bobby llegó tarde al acto inaugural el 29 de septiembre y Petrosian expresó, ante las preguntas de los periodistas sobre la guerra sicológica aplicada por Fischer: «llegar tarde no es por guerra psicológica sino que es cuestión de educación». Fischer admitió que al principio estaba nervioso antes del match contra Petrosian pero que el aspecto asustado del armenio lo tranquilizó. Al parecer, la expresión de Petrosian fue insoportable para el norteamericano. Los dos jugadores se alojaban en el mismo hotel y Fischer exigió cambio de hotel porque «la expresión de Petrosian era tan triste que no podía soportar verla» (1*)

Jugando la primera partida del match se fue la luz de la sala de juego, los relojes se pararon y Fischer se quedó en la oscuridad sentado ante el tablero en posición a la defensiva, Petrosian reclamó al árbitro, gran maestro Lothar Schmid, de que Bobby se estaba beneficiando de tiempo de cálculos gratis; «calcula su próximo movimiento en la oscuridad con el reloj parado» dijo Petrosian. Fischer permitió que el reloj se pusiera en marcha al tiempo que meditaba en la penumbra (1*). Fischer ganó esa primera partida y luego hizo polvo «digno» a Petrosian 6,5 a 2,5. (3*)

Al enfrentar y vencer por último al bastión de la fortaleza soviética, Tigran Petrosian, antes de llegar a Spassky, acompañado únicamente por su genio para derrotar todo el aparato hegemónico del ajedrez soviético, Bobby Fischer huía de sí mismo, se enfrentaba a sí mismo y, en solitario, a la ideología soviética para la cual el ajedrez era el signo inequívoco de la supremacía del sistema socialista ante el sistema capitalista. Así que el match entre los dos genios, Fischer- Spassky, fue el hecho ajedrecístico más importante del siglo veinte y Bobby Fischer la revolución del ajedrez.

1*. Bobby Fischer se fue a la guerra. David Edmonds y John Eidinow.

2*. El puntaje en ajedrez: un punto por partida ganada, medio punto por partida empate, cero puntos partida perdida.

3*. http://www.chessgames.com/perl/chess.pl?tid=79446

Fuente: aporrea

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