La antigua república soviética de Georgia alberga este 2017 la Copa del Mundo de ajedrez, del 2 al 28 de septiembre, con los 128 mejores jugadores representantes de 48 países, incluido el actual campeón mundial, Magnus Carlsen, quien debuta por primera vez contra un representante de África, en concreto el nigeriano Oluwafemi Balogun.
Pero este pequeño país del Cáucaso alberga una historia que relaciona a una reina con el ajedrez. Fue durante la Edad Media y mucho antes que otras poderosas reinas occidentales también se sentarán ante un tablero.
La reina Tamara (1166-1213) era hija de Jorge III, al que sucedió en el trono, y pertenecía a la dinastía Bagrationi (afirmaban ser descendientes directos del rey David)
Coronada a los 24 años, Tamara condujo entre 1184-1213, el período más próspero en el campo político, económico, militar y cultural bautizado como la era dorada georgiana. Entonces se decía que los campesinos eran como los nobles, los nobles eran como príncipes y los príncipes como reyes.
La reina Tamara fue una de las grandes impulsoras de la igualdad de género siendo una gran aficionada al ajedrez, por lo que promovió su práctica entre hombres y mujeres. Además, durante su reinado ordenó que toda dote nupcial contara con un juego de ajedrez. Este legado se mantuvo incluso una vez acabado su período al frente del trono.
Esto permitió que toda georgiana conociera la capacidad de la sagaz e inteligente reina Tamara y sirvió para dar conciencia de que al menos en ese país, las mujeres son iguales a los hombres y más en el ajedrez.
Tras su muerte fue canonizada por la iglesia ortodoxa y apostólica georgiana, como santa y justa reina Tamara, a la que el poeta Shota Rustaveli (1172-1216) le dedicó la obra ‘El caballero en la piel de tigre’, el gran poema épico de Georgia, una biografía de la primera mujer que gobernó el país.
Posteriormente todo un conjunto de reinas jugaron al ajedrez y tomó protagonismo la dama o reina, muchos indican que en honor de la reina Isabel de Castilla (1451-1504), dando paso al ajedrez moderno, a la que siguieron otras como la reina Isabel I de Inglaterra (1533-1603), la emperatriz de Austria, María Teresa (1717-1780) y la emperatriz Catalina II la Grande de Rusia (1729-1796).
Educadas bajo el ejemplo de la reina Tamara que pervivió durante siglos, las ajedrecistas georgianas aprendieron a marcar diferencias con sus compañeros masculinos. Desde la desaparición de la Unión Soviética, Georgia ganó tres olimpiadas femeninas (1994, 1996 y 2008) y dos subcampeonatos (1992 y 2000).
El Cáucaso fue la cuna del campeón mundial entre 1963 y 1969, nacido en Tbilissi, Tigran Petrosian(1929-1984), si bien de familia armenia que lo reivindica como su auténtica figura nacional.
En cuanto a la Copa del Mundo citar que hay tres jugadores españoles, uno de los cuales, el gallego Iván Salgado se estrena en su debú ante el número uno local, el georgiano Baadur Jovaba, número 40 del ranking FIDE de septiembre. Los otros dos españoles son Francisco Vallejo, jugador español con mayor ranking, el 34 y David Antón Guijarro de 22 años, joven promesa que se encuentra también en el ranking FIDE en el puesto 94. España con tres representantes está a la altura de otros países como Armenia, donde el ajedrez es cuestión nacional, Cuba, Reino Unido, Argentina y Francia.
Uno de los muchos jugadores a seguir es el gran maestro egipcio Bassem Amin, de 28 años, reciente ganador del torneo de Abu Dabi. Georgia le trae buenos recuerdos ya que consiguió la medalla de bronce en la categoría sub-18 en 2006. Los dos mejores jugadores de la Copa del Mundo se clasificarán para el próximo torneo de candidatos que se desarrollará en marzo de 2018.
- Puedes encargar un póster de este dibujo de Xulio Formoso a publicidad@enlacemultimedia.es
Fuente: periodistas