Juguemos o no ajedrez, sepamos o no mover una ficha en el tablero, lo cierto es que este juego es conocido por todos. Incluso existe cierta sincronía en nuestras representaciones de lo que es un ajedrecista. Pero… ¿son representaciones infundadas o tienen un basamento psicológico? A la luz de las más modernas investigaciones nos adentraremos en un mundo totalmente diverso que nos muestra un jugador de ajedrez distinto al que probablemente nos imaginamos.
¿Es necesario ser inteligente para jugar ajedrez? Probablemente la mayoría de las personas aseveren que es imprescindible. De hecho, el ajedrez es conocido como «el juego ciencia» o «el juego de la inteligencia». Pero… ¿realmente es así?
Un estudio desarrollado en la Universidad de Oxford y de Brunel, en el Reino Unido, con 57 jóvenes jugadores se planteó la idea de investigar la correlación entre la inteligencia y la habilidad para jugar ajedrez. Se realizó el consabido test de inteligencia (WISC III), se determinaron la cantidad de horas semanales que las personas han dedicado a la practica del ajedrez y los años de entrenamiento. Entonces… ¿qué factor determina en mayor medida el rendimiento ajedrecístico?
El primer lugar lo ocupa la práctica y luego, la inteligencia. Sin embargo, cuando se determinaron los 23 mejores jugadores entre los 57 participantes en el estudio, la inteligencia no resultó el factor esencial incluso se evidenció ¡una correlación negativa!
Los investigadores aseveran que la razón por la cual se ha identificado ajedrecista=inteligente radica en que los experimentos anteriores han centrado sus análisis en la relación entre la inteligencia y la habilidad ajedrecística pero han descuidado evaluar la incidencia de otros factores como la practica o la experiencia.
No obstante, ¿cómo explican las correlaciones negativas? Los investigadores aseveran que las personas inteligentes tienden a dedicarle menos tiempo a la practica del juego, que sería esencial para llegar a ser un gran maestro del ajedrez, por lo cual, el avance que pueden lograr a golpe de inteligencia tiene un límite.
Pero esta no es la única investigación que asevera que la inteligencia y la lógica no son definitorias en la practica del ajedrez.
¿Es el ajedrez un juego de lógica o espacial? ¿Qué áreas del cerebro están más desarrolladas en los ajedrecistas? Estas preguntas condujeron otro estudio realizado en la Universidad de Minnesota. Se utilizó la resonancia magnética funcional para identificar las áreas corticales que se activan durante el análisis de las posiciones de las piezas de ajedrez comparándola con la resolución de tareas que involucran estímulos espaciales.
Se observó una activación bilateral de los lóbulos frontales, parietales y occipitales; además de una activación unilateral de pequeñas áreas del hemisferio izquierdo. ¿Qué nos indican estos resultados?
Los investigadores aseveran que la gran activación de las áreas corticales parietales en comparación con la escasa activación de las áreas corticales del lóbulo frontal izquierdo sugieren que el ajedrez es esencialmente un juego espacial. Así, se confirma que para jugar ajedrez la inteligencia no desempeña un papel tan preponderante como se creía.
Particularmente, considero para llegar a ser un gran maestro del ajedrez debe existir una confluencia de varios factores: una excelente memoria sustentada en estrategias mnémicas generalizadoras, posibilidades para almacenar y trabajar con información espacial, creatividad e inteligencia para afrontar las situaciones diversas y por supuesto, un elemento esencial que optimizan las capacidades anteriores: la practica y la experiencia sustentada en una gran motivación y voluntad.
Bilalic, M.; McLeod, P. & Gobet, F. (2007) Does chess need intelligence? A study with young chess players. Intelligence; 35(5): 457-470.
Atherton, M. et. Al. (2003) A functional MRI study of high-level cognition. The game of chess. Cognitive Brain Research; 16(1): 26-31.
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