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La ajedrecista que desafió a Arabia Saudí: «Sólo yo elijo cómo visto»

Anna Muzychuk ha perdido sus títulos y premios de hasta 150.000 euros por renunciar a acudir al Campeonato Mundial de Arabia Saudí. Ella y su hermana Mariya dijeron «basta» ante las restricciones que las mujeres siguen sufriendo y el veto a los jugadores israelíes.

Las ucranianas Anna y Mariya Muzychuk, de 27 y 25 años de edad respectivamente, son las chicas de oro del ajedrez. Acostumbradas desde niñas a tomar decisiones sobre el tablero, estas navidades han tenido que enfrentarse juntas a una elección mucho más difícil: anteponer sus valores al éxito y el dinero. Rechazaron participar en el Campeonato Mundial de Arabia Saudí como protesta por las exigencias en la vestimenta de las mujeres o el veto a los jugadores israelíes. No le bastó que después la organización suavizara las normas. Anna, tras ser desposeída de los títulos mundiales en categoría rápida y relámpago por no acudir al torneo, ha hablado en exclusiva para EL MUNDO.

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Tanto usted como su hermana Mariya erais favoritas en Riad. Imagino que ha sido una elección difícil la renuncia.
Para mí fue una decisión muy dura. Estos títulos dan mucho prestigio, y haber ganado ambos el año pasado fue un gran éxito personal. Pero este año he renunciado a tomar parte en ellos, porque no estaba dispuesta a jugar bajo esas condiciones. Mi razón principal para no ir a Arabia Saudí es muy simple: los derechos de las mujeres allí son violados por completo. Como afirmé en mi publicación en Facebook, no quiero ser tratada como una criatura de segunda. Creo que sólo yo debo elegir lo que voy a vestir, y sólo yo puedo decidir si quiero ir acompañada por alguien o no cuando salga a la calle; no pienso aceptar normas estrictas dictadas por nadie.
La decisión ha tenido un importante coste económico.
Sí, no son solamente los títulos en juego: tanto para mí como para mi hermana esto supone una gran pérdida económica, porque esta prueba es una importante fuente de ingresos. Un éxito como el del año pasado me hubiese supuesto embolsarme unos 150.000 euros. Una cantidad de dinero enorme en mi caso.
Su hermana renunció, pero usted sí participó en el Mundial de ajedrez clásico que se celebró en Teherán y que estuvo rodeado de polémicas similares. ¿Por qué esta vez decidió no ir a Riyadh? ¿La situación en Arabia es peor?
Irán fue mi primera experiencia en un país con semejantes leyes opresoras sobre las mujeres. Tras estar allí, me di cuenta realmente de lo mal que me sentía con esa situación. No me dedico a la política y no pretendo comparar si es peor Irán o Arabia Saudí. Simplemente, ya he tenido suficiente.
La Federación Internacional (FIDE) alega que el evento muestra las corrientes reformistas en Arabia Saudí, y que su celebración puede contribuir a la apertura del país. De hecho, finalmente las participantes no tendrían que vestir abaya [túnica] ni cubrir su pelo.
Por supuesto que me encantaría ver ese país modernizado, pero en su estado actual, no me resulta demasiado atractivo. Es un cambio positivo que la abaya no fuera obligatoria, pero como se ha visto en las redes sociales, mis compañeras aún tuvieron que cubrirse al abandonar la sala de juego o al visitar la ciudad. Es pronto para proclamar que la situación en Arabia es aceptable.
La Federación Internacional ha anunciado que Irán acogerá el campeonato en 2019 y 2020, aunque hay voces dentro de la propia FIDE que claman que el acuerdo viola sus estatutos, ya que los jugadores israelíes no pudieron participar.
Sí, otro motivo por el que la elección es totalmente desacertada es que la participación de todos los jugadores cualificados debería de estar garantizada, pero los israelíes han sido excluidos; esto es un problema muy serio que no existiría si pudiésemos jugar en Noruega. Por supuesto, me encantaría poder participar el año que viene, pero por ahora lo importante para nosotras es dejar clara nuestra postura y transmitirla dentro del mundo del ajedrez. Espero que nuestra voz sea escuchada.
¿Es consciente de que se ha convertido en un ejemplo para muchas personas en todo el mundo?
Creo que adoptar esta postura es muy importante. Es una decisión muy costosa y por tanto no culpo a mis colegas por haber hecho una elección diferente. Pero creo que nuestra actitud también tendrá su recompensa. No acudir al campeonato es una cuestión de dignidad, de defensa de la libertad de elección y el respeto por nosotras mismas. Si el día de mañana mi hermana y yo recibimos el patrocinio de una gran empresa que valore y promueva estos valores, quizá nuestros colegas se den cuenta de que mantenerse fiel a tus principios merece la pena a la larga. Espero que ocurra algo así. En cualquier caso, como deportistas de élite debemos dar ejemplo.
¿A qué deportista citaría como su referente?
Mi compatriota Sergei Bubka, el legendario saltador con pértiga. Fue campeón olímpico y plusmarquista mundial ¡en 35 ocasiones! Me hizo mucha ilusión conocerle.

Fuente: elmundo

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