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La FIDE toma medidas contra la «plaga» de tramposos en torneos por Internet

La utilización fraudulenta de módulos informáticos para elegir las mejores jugadas en el ajedrez por internet ha sido descrita como «una plaga» por el presidente de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), el ruso Arkady Dvorkovich, que anuncia nuevas medidas contra estas prácticas.

En una carta publicada en la web de la FIDE, Dvorkovich se refiere a este fraude como «una plaga real del ajedrez contemporáneo» y afirma que se han tomado «fuertes medidas para combatirla con eficacia», entre ellas detectores y escáners en todos los torneos de la FIDE.

El fraude consiste en tener al lado un módulo de ajedrez que recomienda las mejores jugadas contra las del oponente, de forma que cualquier aficionado mediocre puede alcanzar el rendimiento de un Gran Maestro, dada la profundidad de análisis que alcanzan los programas informáticos.

La FIDE trabaja en colaboración con las principales plataformas de ajedrez «online», tales como Chess.com, Chess24 y Lichess.

David Martínez, director de chess24 en español, árbitro y entrenador, reconoce que una de las primeras preocupaciones de los organizadores de torneos por internet consiste en detectar ayudas externas mediante el recurso solapado a las computadoras.

La revolución llegó en 1997 cuando el programa Deep Blue venció al campeón mundial Gary Kaspárov, y en la actualidad, programas informáticos como AlphaZero son imbatibles para los humanos.

Para evitar ayudas ilegales en torneos de elite por internet, los jugadores tienen una webcam apuntándoles, están conectados por medio de Zoom, tienen la obligación de compartir pantalla y a su espalda otra cámara comprueba que no hay nadie a su alrededor y graban el sonido para prevenir posibles ayudas verbales.

«Sabemos que los jugadores de élite no van a hacer trampas, porque tienen un nombre, una reputación que defender, pero todos agradecen estas medidas antitrampas», declaró a EFE David Martínez.

Pero los sistemas de detección no pueden probar con absoluta certeza que se ha cometido fraude, lo que ocasiona problemas legales a los organizadores. En general, se considera una infracción cuando un jugador coincide en más de un 80 por ciento con la respuesta recomendada por la computadora.

En el último campeonato de Cataluña se produjo una situación semejante. «El padre de un niño de un ELO (puntuación en el ránking) de 1.700 nos amenazó con denunciarnos por injurias. Le dijimos: tu hijo tiene más de un 80 por ciento de coincidencia con la máquina, muy superior al que consigue el campeón del mundo; está mostrando un nivel 1.000 puntos por encima de su ELO y no queremos insultar a nadie, pero no tenemos otra opción que expulsarlo».

La solución va en la línea de algoritmos estadísticos que, aunque no pueden proporcionar una completa confirmación de que se ha producido fraude, alcanzan una probabibilidad «en algunos casos superior a los test de ADN», asegura el presidente de la FIDE.

Dvorkovic reclama en su carta abierta opiniones sobre la mejor forma de combatir esta plaga y las sanciones aplicables, teniendo en cuenta aspectos morales y legales.

Para el presidente «lo peor de todo sería sancionar a un jugador inocente», pero advierte que «la reputación del ajedrez puede sufrir una daño tremendo si un tsunami de escándalos y demandas judiciales empieza a oscurecer el panorama de las competiciones internacionales».

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