Cuando Bobby Fischer propuso, en 1996, reordenar de manera aleatoria las piezas sobre un tablero de ajedrez, para así evitar el excesivo énfasis en la teoría de las aperturas y darle más espacio a la creatividad, pues muchos pensaron que el excéntrico ex campeón mundial había perdido la cabeza.
Probablemente Fischer no estuviera del todo en sus cabales, no solo en el momento de su invención, pero lo cierto es que, dos décadas más tarde, su Ajedrez 960— que es el número de posiciones iniciales posibles—o Fischer Random cada vez gana más adeptos. Incluso, la FIDE ya ofreció reconocimiento oficial al Mundial de Ajedrez Fischer Random.
El Gran Maestro Leinier Domínguez decidió participar en uno de los torneos clasificatorios para la Final del Mundial de Ajedrez 960; pero al cubano, que juega por la Federación estadounidense, no le fue bien en esta experiencia. En la primera fase del certamen, que se jugó de manera online, Leinier venció sin problemas al joven Ethan Poh, de Singapur, de solo 14 años. Luego, en los cuartos de final, sorprendentemente Domínguez perdió ante el GM Elshan Moradiabadi y quedó eliminado.
El GM Vladimir Fedoseev ganó el torneo y se unió al grupo de clasificados a los cuartos de final del Mundial de Ajedrez 960, integrado por Ian Nepomniachtchi, Alireza Firouzja, Vidit Gujrathi y Peter Svidler. Otros dos jugadores tenían de antemano asegurada su presencia en los cuartos de final: el actual campeón mundial de Fischer Random, Hikaru Nakamura y Fabiano Caruana.
El prodigio noruego Magnus Carlsen será uno de los semifinalistas del Mundial que repartirá premios por 360 mil dólares, de ellos, 125 mil para el campeón. Carlsen buscará ahora el único título universal que todavía no ha podido ganar.