MN Pedro García Toledo
Campeón nacional 1980
Siempre padecí de déficit en el cálculo de variantes, lo cual no solo afectó mis resultados en los torneos, sino también la creatividad. Mi mente era un caos en el ir y venir de las variantes analizadas, con despiadado consumo de tiempo que me llevaba, luego, a sufrir frecuentes apuros de tiempo. Como se sabe, una de las áreas importantes del cálculo es la etapa inicial de establecer las jugadas candidatas. Cuando te hacen una jugada violenta, debes considerar todas las respuestas razonables. Basta que no consideres una, para que pierdas. Me ocurrió en mi partida contra el campeón de Islandia 1970:
Mi rival acaba de jugar la impresionante pero errónea 13…Nh5, la cual entraña la pérdida de su alfil. Sin embargo, me impacté -de manera negativa- con la secuencia base 14.hxg4 Nf4 15.Qc2 Qg4 que amenaza mate. Entonces establecí como defensa solamente tres jugadas candidatas:
16.Bg3 Qxg3 (el peón f2 está clavado)
16.g3 Qxf3
16.Ne1 Qxh4
Y en todas quedo perdido. No viendo solución, jugué la débil: 14.b4? y me combinaron: 14…Nf4 15.Qd1 Bxh3, con lo que quedé perdido. No advertí una cuarta jugada candidata:
D) 16.Ne3 Bxe3 17.fxe3, que salva el mate y gana una pieza.
Jóvenes aspirantes a la maestría: Díganle a sus entrenadores que les enseñen a calcular. La capacidad de calcular bien y rápido constituye una de las cinco cualidades para llegar a las alturas (Alexander Kotov, 1974. “Piense como un gran maestro”. Editorial Ricardo Aguilera. Madrid).
