Alexei Shirov es un jugador apasionante. Nació en Riga hace 44 años, pero jugó para España entre 1996 y 2011, antes de volver a pedir la nacionalidad letona. Su idea, cuenta en Facebook, era ayudar al ajedrez de su país, labor que se ha visto frustrada por el enfrentamiento con aquella federación.
En diciembre pasado ha anunciado que piensa iniciar los trámites para regresar a nuestra selección. De momento, en la Federación Española no han recibido notificación oficial, aunque los 35.000 euros que costaría la nacionalización son «inasumibles para el presupuesto actual de la FEDA», según asegura su presidente, Javier Ochoa. «Mientras él no se dirija a la Federación no haremos nada», añade el directivo.
Shirov no llega al récord del futbolista Kubala, quien llegó a jugar con tres selecciones distintas (Hungría, Checoslovaquia y España), pero lo puede superar en cambios de bandera. Sus idas y venidas de España recuerdan más a la relación entre Elizabeth Taylor y Richard Burton. Fabiano Caruana también se hizo italiano antes de regresar a su país natal, Estados Unidos. Para igualar el registro deberá volver en algún momento a Europa.
El segundo genio de Riga, después de Mijail Tal, ha elegido Facebook para dar a conocer sus intenciones «a la comunidad internacional del ajedrez». El 22 de diciembre debería suponer un «lento inicio del proceso de volver a la Federación Española», asegura. «Todavía mantengo la ciudadanía española, país al que representé entre 1996 y 2011, aunque vivo en mi Letonia natal», añade Shirov. Cuando se fue, quería ayudar al desarrollo del ajedrez en su país, algo que «era imposible sin jugar para el equipo nacional», por lo que ha estado representando a Letonia desde 2012.
Según Alexei Shirov, fue una «decisión difícil», ya que no existía ningún conflicto con España, algo que ha confirmado Ochoa a ABC, quien añade incluso que nuestro país renunció entonces a las tasas que impone la FIDE por el cambio de bandera. Dada la relación del gran maestro con los dirigentes letones, no es probable que nos devuelvan el favor. Javier Ochoa afirmó que la Federación, suponiendo que llegue la petición de Shirov, deberá reunirse para decidir cómo actual en este caso.
Shirov siente ahora que su misión ha llegado al final del camino, «un poco antes de lo que debería», debido a «numerosas irregularidades personales (no financieras) con los actuales gestores de la federación letona». «A mis 44 años no tengo fuerzas de continuar con mi trabajo, hasta ahora exitoso, y seguir conectado con estas personas al mismo tiempo», explica.
«Normas draconianas»
Consciente de las «draconianas» normas de la FIDE, Shirov también es consciente de las dificultades que supone volver a cambiar de bandera, pero espera que en su caso particular tengan alguna deferencia y estas reglas se suavicen. Él mismo empieza diciendo que el proceso será lento. Veremos si culmina con éxito y qué supone para el ajedrez español. Cuando llegó por primera vez, era el número uno de nuestro país, pero ahora mismo Paco Vallejo está por delante en la clasificación mundial. El menorquín es el 33 del mundo, con 2711 puntos Elo, y el hispano-letón ocupa la posición 70, con 2673 puntos. Desde octubre el año pasado no supera la cota de los 2700, aunque no sería la primera vez que la recupera y es probable que sus enfrentamientos con los directivos hayan afectado a su rendimiento.
Cambiar de país, por cierto, es algo que ocurre con frecuencia en el mundo del ajedrez, incluso más que en otros deportes. Causó cierta polémica, por ejemplo, el equipo que han logrado formar en Estados Unidos, que ganó la medalla de oro en la última Olimpiada. España, el dato es curioso, no «exporta» más jugadores de los que «importa». Recientemente hemos acogido a Ana Matnadze, una gran incorporación, pero también hemos sufrido bajas sensibles, como la de Ana Cramling Bellón (que no puede tener mejores genes) y Alexander Ipatov, joven gran maestro nacido en Ucrania y en la actualidad ajedrecista turco, después de una breve transición como español.
Una joya de Shirov
La jugada de Shirov puede parecer arriesgada, pero merece la pena ver esta otra, una de las más brillantes de la historia, en un final contra Topalov, en el torneo de Linares de 1998. Michael Rahal, otro nacionalizado, nos la ha recordado al conocerse la noticia. Con su sacrificio de alfil, sin capturar ni un mísero peón, Alexei destruye la posición del blanco, descoloca sus peones y abre camino para que su rey empuje a los peones y supere al impotente alfil enemigo. Una joya absoluta, que sigue causando asombro.
Luis Pérez Agustí analiza la partida en FronteraD con detenimiento. Si el lector le puede dedicar unos minutos, es imposible que no disfrute con esta obra de arte.
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Fuente: abc
