BIRMINGHAM, Ala. (USA) – Para Orrin C. Hudson, la vida era diferente hace 40 años. Como un hombre joven que vive en el centro de la ciudad de Birmingham, la vida de Hudson consistía en drogas, actividades de pandillas y delitos menores. Dijo que todo cambió cuando un maestro de escuela le enseñó el juego de ajedrez.
«Pasé de hacer D’s y F’s a A’s», dijo Hudson. «Fui votado como el más probable para tener éxito y todo tipo de milagros comenzaron a suceder a causa de un juego. Seis de mis hermanos abandonaron la escuela, pero yo permanecí en la escuela debido a un juego».
Más tarde, Hudson se convirtió en campeón de ajedrez de la ciudad, sirvió en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y se convirtió en un policía estatal de Alabama, así como en muchos otros galardones. Hudson dijo que en el año 2000, mientras trabajaba como policía estatal, siete personas recibieron disparos durante un robo por $2,000. Eso fue parte de la motivación para que él comenzara su sin fines de lucro «Sé alguien».
El sábado, en Avondale Pride Fest, Hudson regresó para compartir el conocimiento que ha acumulado en su vida con los jóvenes de la comunidad. Quiere que los jóvenes sepan que pueden hacer lo que quieran si se lo proponen, y les inculca mensajes como: «cerebros antes que balas», «reflexionar, no disparar» y más .
Hudson dijo que es crucial enseñar esto a una edad temprana, y dijo que el juego de ajedrez es una manera perfecta de enseñar estas lecciones.
«Aprendes con el ejemplo», dijo Hudson. «Aprendes al instante porque cada movimiento que haces tiene consecuencias. Si haces un buen movimiento, obtienes un buen resultado y tienes todo lo que necesitas. Pero, no es lo que tienes, es lo que usas. No es lo que sabes, es lo que aplicas. El ajedrez te enseña a aplicar y usar lo que tienes donde estás «.
Hudson dice que su objetivo es enseñar a un millón de estudiantes estas lecciones. Hasta ahora, él ha enseñado a 61,000.
«Enseñar a los niños hace que mi corazón cante», dijo Hudson. «Estoy viviendo mi sueño porque enseñar a los niños hace que mi corazón cante. Tenemos que devolver algo, y tenemos que transferir lo que sabemos a los jóvenes para que puedan superar la competencia y llegar a la cima».
