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Yifán Hou recupera ‘su’ trono

La china gana de nuevo la corona mundial que la FIDE le arrebató en una actitud muy polémica.

Yifán Hou, de 22 años, es, con gran diferencia, la mejor jugadora del mundo desde que se retiró Judit Polgar, y uno de los mayores portentos que ha producido el ajedrez en su larga historia. Quitarle el título por la vía normal era harto difícil. De modo que la Federación Internacional (FIDE) lo consiguió con un reglamento muy peculiar. Hou ha recuperado hoy la corona en Leópolis (Ucrania) tras doblegar a la ucrania Mariya Muzychuk por 6-3.

“Casi todos mis colegas de la élite, tanto los grandes maestros chinos como los extranjeros, están centrados exclusivamente en el ajedrez. Yo quiero que mi vida sea más rica. Por eso estoy estudiando la carrera universitaria de Relaciones Internacionales. Ya he aprobado tres cursos, y me falta uno. El esfuerzo para conseguir eso probablemente ha lastrado algo mis resultados en ajedrez, pero no me importa. Quién sabe, tal vez algún día pueda combinar esa carrera con el ajedrez de alguna manera”. Yifán Hou dijo eso hace un año, tras lograr un formidable tercer puesto en el fortísimo abierto de Gibraltar.

Esa vida polifacética contribuirá probablemente a su felicidad, pero impedirá que pueda igualar o superar el listón que la húngara Judit Polgar, retirada en 2014, dejó por las nubes: es la única mujer que ha estado entre los diez mejores del mundo en 15 siglos de historia. Hou ha mostrado talento suficiente para llegar tan arriba; por ejemplo, su resultado en Gibraltar 2012, empatada a puntos en el primer puesto con Nigel Short, es el mejor de una mujer en la historia.

Judit Polgar estuvo centrada exclusivamente en el ajedrez, como sus dos hermanas, hasta que decidió formar una familia. No es el caso de Hou, y sin embargo su carrera es una sucesión de hazañas precoces: fue subcampeona del mundo y gran maestra a los 14 años, y campeona por primera vez a los 16; nadie, ni hombre ni mujer, ha logrado la corona tan joven.

Todo indicaba entonces que el trono de las mujeres no iba a cambiar de ocupante en varios lustros (Judit Polgar no jugaba competiciones femeninas). Pero entonces llegó la FIDE y mandó parar, con una decisión muy retorcida: alternar el Campeonato del Mundo que se decide en un duelo largo (a la mejor de diez partidas) con otro por eliminatorias cortas (a dos partidas) en el que un solo tropiezo puede ser decisivo, y por tanto propicia que la campeona no sea la mejor del mundo.

Comienzo de la partida decisiva, hoy en Leópolis (Ucrania) Vitaly Hrabar
Si a eso se añade la enorme dificultad de la FIDE para lograr patrocinadores, por su mala imagen e ineficacia, y el consiguiente caos de cambios de fechas y falta de planificación, la trayectoria de la prodigiosa china empieza a encajar. Perdió el título a los 18 años porque cayó en la segunda ronda de ese Mundial azaroso, lo recuperó a los 19 barriendo en un duelo a la campeona postiza de entonces, la también ucrania Anna Ushenina.

Hou deseaba jugar el Mundial de 2014 a pesar de que tocaban eliminatorias cortas de nuevo, pero la FIDE lo aplazó a Marzo de 2015 cuando la campeona ya había firmado un contrato con el torneo de Hawai para esas fechas. De modo que la corona pasó a manos de Mariya Muzychuk, cuyo nivel es más alto que el de Ushenina pero está muy lejos del de Hou.

Cabría esperar que la FIDE aprendiese de lo sucedido y no mantuviera para las mujeres un formato que no aplica a los hombres (el Mundial absoluto termina con un duelo largo; además está la Copa del Mundo, por eliminatorias cortas). Pero en lugar de rebautizar el próximo Mundial como Copa del Mundo, como indica el sentido común, la FIDE lo anuncia para octubre de este mismo año, a pesar de que no tiene patrocinadores ni sede; hace un mes publicó un comunicado a tal efecto que sonaba a una llamada de socorro, pero no ha publicado ninguna explicación de por qué la campeona que ha logrado su título hoy sólo podrá disfrutarlo siete meses, y además tendrá que ponerlo en juego en eliminatorias cortas.

Yifán Hou y Mariya Muzychuk, durante la rueda de prensa tras la 6ª partida del Mundial Vitaly Hrabar

Yifán Hou da la impresión de ser demasiado madura para que esas arbitrariedades le hagan mucho daño. Esto también lo dijo hace un año: “Mi ídolo en ajedrez es Bobby Fischer. Sus partidas me fascinan. Pero si me preguntan por mis modelos de comportamiento fuera del ajedrez, cuando era niña me ofuscaban las celebridades. Ahora ya no. Lo que realmente valoro es aprender mucho de cualquier persona que encuentra la felicidad en pequeños detalles”.

Su simpatía llama mucho la atención porque hace cosas muy inusuales entre los ajedrecistas. Por ejemplo, sonríe a los fotógrafos antes de las partidas: “Lo hago de forma natural, pero también por convencimiento profesional. Es muy importante que los jugadores demos una buena imagen del ajedrez. Y ese momento, justo cuando la partida está a punto de empezar, es uno de los pocos que tienen los fotógrafos de retratarnos sin que estemos absolutamente concentrados. Por tanto, creo que debemos hacer un esfuerzo para que esas imágenes sean agradables para el gran público”.

Fue entrevistada por EL PAÍS por primera vez en Nálchik (Rusia) en 2008, a los 14 años. Ya había visitado 15 países: “Me impresiona mucho París, por su exuberancia cultural; y España, en general, por el aire limpio, el cielo azul y la gente muy amable, además de un ambiente ajedrecístico estupendo”. Con esa misma simpatía e inquietud cultural ha conquistado a los aficionados ucranios, que la han aplaudido esta noche tras la reconocerla como campeona indiscutible. Yifán Hou se sienta de nuevo en el trono, en su trono. ¿Por cuánto tiempo?

Fuente: elpais

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