Cuando hablamos de entrenadores a uno le vienen a la cabeza los entrenadores de los equipos de fútbol más conocidos. Solemos obviar que el oficio de entrenador de ajedrez es probablemente uno de los más complejos estratégicamente, tanto fuera como dentro del “terreno de juego”.
El papel del entrenador es muy relevante. Todos los mejores jugadores del mundo han contado siempre con entrenadores. Quizás una honrosa excepción sea la de Bobby Fischer que, según se ha relatado, no contó con preparadores y tuvo que aprender ruso para poder seguir su aprendizaje autodidacta. Esto también nos arroja una paradoja:
¿Cómo es posible que Karpov, Kasparov o Carlsen, que han sido de los mejores jugadores del mundo, necesiten de otros para “mejorar”?
La respuesta nos propone cuestiones de índole casi filosófica, y es que no podemos entender el ajedrez en una única dimensión: la del conocimiento. El ajedrez es un prisma con diversas caras: psicológica, competitiva, de planificación, preparación física incluso… y los mejores jugadores saben que deben contar con otros jugadores más débiles para exprimir al máximo su preparación. Todos lo saben.
Y dentro de estos mejores entrenadores de ajedrez del mundo tenemos un amplio elenco, incluso muchos de ellos no pueden ser nombrados en este artículo por desarrollar su actividad en un cierto “secreto profesional”. No obstante, os quiero ofrecer una relación de los que para mí son aquellos más representativos, tanto por sus resultados como por su capacidad pedagógica.
Aquí van…
Roman Dzindzichashvili
Grandísimo preparador Georgiano gran conocedor de la teoría de aperturas. Abandonó la Unión Soviética y tras un periplo en Israel, finalmente se asentó en EEUU. Entre sus alumnos se encuentra el gran Gata Kamsky y el mismísimo Anatoli Karpov. Su estilo de enseñanza es tremendamente didáctico, apto para todos los niveles aunque haya sido durante muchos años un preparador de la élite. Es conciso, claro, entiende las necesidades del alumno y es capaz de adaptarse a su nivel, algo que no es del todo frecuente entre los preparadores. Es el creador de una excelente serie de vídeos llamados Roman Labs en los que abarca prácticamente todos los aspectos de la preparación en ajedrez.
Su máximo ELO ha sido 2595 y, curiosamente, su nivel no ha decrecido significativamente a pesar de tener ya 71 años (actualmente tiene 2550). Tal y como explico en El Método Zugzwang, muy probablemente esto se deba a lo útiles que son las herramientas almacenadas, cuanto más eficaces son en la práctica menor tendencia a olvidarse.
Como curiosidad te explicaré que pocas personas saben de la “faceta” interpretativa del georgiano. En la mítica película americana “En busca de Bobby Fischer” Roman Dzindzichashvili aparece jugando en una de las secuencias (ver vídeo posterior). Y en esta misma secuencia también aparece Pal Benko a quien le debemos mucho los jugadores de Gambito Volga. Sin duda, la aparición de Roman hace todavía más alargada la sombra de la cinta.
Laszlo Polgar
El máximo exponente del axioma “los genios no nacen, se hacen”. Llevó a sus 3 hijas a la cumbre del ajedrez mundial, convirtiéndolas primero en Grandes Maestras y después en un fenómeno que acabó siendo reconocido en cada rincón del planeta. El profesor húngaro es un experto en teoría de ajedrez y se dice que dispone de más de 10000 libros. Un claro ejemplo de que no es necesario ser preparado por un jugador de la élite para competir en la élite.
Laszlo Polgar es un psicólogo húngaro, que mantuvo un noviazgo epistolar con una profesora de lengua extranjera ucraniana llamada Klara. Sus cartas no estaban llenas de frases románticas o promesas de amor eterno. En su lugar, ambos detallaban el experimento pedagógico que habían decidido llevar a cabo con su futura progenie. Después de estudiar las biografías de cientos de grandes intelectuales, habían identificado que una especialización temática temprana e intensiva podría ser clave para el éxito pedagógico. Laszlo pensaba que el sistema de escuelas públicas sólo podía producir mentes mediocres. Pero, en cambio, creía que podía convertir a cualquier niño sano en un prodigio.
Ese grandioso plan de Laszlo impresionó a Klara, y los dos se casaron pronto. En 1973, cuando apenas tenía 4 años de edad, Susan, su hija primogénita, encontró un juego de ajedrez mientras husmeaba en unos muebles. Su madre no conocía ni las reglas del juego pero se asombró al encontrar a Susan absorbida en el silencio de las extrañas piezas por lo que le pidió a su marido que enseñara a su hija a jugar al ajedrez esa noche.
Los Polgars decidieron que el ajedrez era la actividad perfecta para su estudio y sus hijas: era un arte, una ciencia, y arrojaba resultados objetivos que podían ser medidos en el tiempo. No importaba que menos del 1 por ciento de los mejores jugadores de ajedrez fueran mujeres. Si el talento innato era irrelevante para la teoría de Laszlo, el genero no era importante.
Susan dice de su padre: “Mi padre es un visionario”. “Él siempre piensa en grande, y que la gente puede hacer mucho más de lo que realmente hacen.”
Susan Polgar habla 7 idiomas. Es la primera Gran Maestra de la Historia. Sus otras dos hermanas también son políglotas y jugadoras de grandísimo nivel internacional. Nada de esto puede ser casual…
Mark Dvoretsky
Obtuvo el título de Maestro Internacional en 1975 y durante un tiempo, fue considerado como el IM más fuerte del mundo como consecuencia de excelentes resultados: fue Campeón de Moscú en 1973, ganó el Wijk aan Zee Masters de 1975 y tuvo una gran actuación en el Campeonato de la URSS de 1975. Todos estos resultados eran indicadores de que Dvoretsky había alcanzado el título de Gran Maestro a pesar de que oficialmente no fuera así.
Sin embargo, por razones personales que optó por no seguir como jugador en activo y, en su lugar, persiguió su objetivo de convertirse en entrenador de ajedrez.
Él ya había probado esta experiencia mientras estudiaba en la Universidad de Moscú y rápidamente se ganó la reputación de transformar a jugadores de 2200 puntos de ELO en grandes maestros. Del mismo modo, se decía que los grandes maestros consolidados podían convertirse en campeones bajo su tutela.
Por sus manos han pasado: Garry Kasparov, Viswanathan Anand, Topalov, Evgeny Bareev, Joël Lautier y Loek Van Wely entre otros muchos jugadores.
Igualmente notable ha sido su larga colaboración con el también moscovita Artur Yusupov. De hecho, Yusupov atribuye gran parte de su éxito en ajedrez a los métodos de entrenamiento de Dvoretsky (recordemos que en su mejor momento llegó a ser el número tres en el mundo (detrás de Kasparov y Karpov).
Han publicado varios libros juntos de una altísima calidade pedagógica e incluso construyeron una escuela de ajedrez en la década de los 90, de la cuál resultaron muchos de los grandes maestros de la actualidad.
Dvoretsky ha escrito una serie de libros de entrenamiento de ajedrez, que probablemente podamos situarlos entre los mejores del mundo, aunque también hay que decir que no son aptos para cualquier jugador por su dificultad. La serie comenzó con Secretos de Entrenamiento de ajedrez en 1991. Y después siguieron algunos más como “Escuela de la Excelencia en Ajedrez”. Su último libro fue publicado en 2008: Manual Analítico.
Fuente: thezugzwang