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Ajedrez, un deporte con más de 600 millones de aficionados y cada vez mayor presencia en los colegios

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Mide 57x57 cm y está hecho en madera con incrustaciones de plata y piedras preciosas. Se hizo en Hungría y Sotheby's Londres lo ha subastado por 19.400 euros.

Magnus Carlsen revalidó su título de Campeón del Mundo de Ajedrez el pasado 30 de noviembre. La noticia, lejos de quedar relegada a un breve escondido al final de los periódicos saltó a las primeras páginas y estuvo entre las noticias más leídas y comentadas de las versiones digitales. Una prueba más de que el ajedrez está de moda. Más de 600 millones de personas juegan en el mundo y sólo el fútbol y el atletismo lo superan en España en número de federados. Sus beneficios a nivel educativo son tales que se estudia implantarlo como asignatura obligatoria.

No hay acontecimiento histórico que no se pueda expresar como jugada de ajedrez. Desde la Revolución Francesa o las batallas napoleónicas hasta la Guerra Fría o los atentados del 11-S, todo lo que somos tiene su equivalente en el tablero. A simple vista puede parecer un juego de mesa más, pero a diferencia de las damas o el backgammon las posibles combinaciones de las 32 piezas en las 64 casillas del ajedrez superan por mucho el número de átomos de todo el universo. Una cifra inexpresable para una práctica milenaria que se escapa a cualquier definición: ¿es un arte o una ciencia, un juego de estrategia, un deporte mental o acaso una forma sofisticada de hacer política?

Samuel Reshevsky ,1922. Un niño prodigio del ajedrez. A los 8 años derrotaba a experimentados jugadores de más edad en exhibiciones simultáneas

Bobby Fischer sentenció, en una entrevista en 1971, que el ajedrez era una guerra. Y añadió que de no haber sido ajedrecista se habría dedicado a «otro deporte», como el tenis o la natación. Hubo que esperar hasta 1999 para que el Comité Olímpico Internacional, bajo la tutela de Juan Antonio Samaranch, reconociera oficialmente el ajedrez como deporte e incluyera entre sus miembros a la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE). Desde entonces, varios estudios científicos han demostrado que el desgaste físico que produce es muy similar, e incluso superior, al de otros deportes. Se han registrado casos de jugadores que han perdido entre cinco y ocho kilos durante un torneo. Las taquicardias y el aumento de hasta un 30% de la tensión arterial son frecuentes.

¿Por qué entonces los ajedrecistas no participan en los Juegos Olímpicos? «No hay argumentos sólidos que lo justifiquen», asevera Javier Ochoa, presidente de la Federación Española de Ajedrez. «Se trata, más bien, de una tendencia a la baja del COI, cuyo propósito es reducir o no ampliar las disciplinas olímpicas». Sólo el fútbol y el atletismo superan en número de afiliados a la FIDE, de la que forman parte 182 países. «En Sidney se hizo una exhibición paralela a los JJOO, pero después nuestros intentos han sido en vano».

El juego del ajedrez es una evolución del Shatranj, representado en la imagen

Los orígenes del ajedrez son inciertos y se remontan al siglo VI. Cuenta la leyenda que un rey de la India llamado Sheram logró sobreponerse a la muerte de su hijo gracias a un novedoso juego de mesa traído de alguna parte del mundo por Sissa, un personaje de lo más misterioso. En compensación, el rey se ofreció a satisfacer su deseo más elevado. Sissa pidió «un grano de trigo por la primera casilla del tablero, dos por la segunda, cuatro por la tercera, ocho por la cuarta…». Ofendido ante semejante falta de ambición, Sheram le interrumpió y se comprometió a recompensarle con el trigo correspondiente a las 64 casillas del tablero. No imaginaba el soberano que no hubiera suficiente superficie en la Tierra para abastecer la demanda del súbdito: 18 trillones de granos, unas 600.000 toneladas. «El ajedrez llegó a Europa en el siglo IX con los árabes«, explica Ochoa a Fuera de Serie. «Tenemos constancia a través del Libro de los juegos de Alfonso X El Sabio de que en aquella época su práctica favoreció la convivencia de las comunidades judías, musulmanas y cristianas. Hubo que esperar hasta finales del siglo XV para que se establecieran las reglas del ajedrez moderno tal como lo conocemos hoy. Sabemos que la inclusión de la dama, por ejemplo, fue un homenaje a Isabel la Católica«. Poco después, a mediados del siglo XVI, España lideró el ajedrez europeo durante cinco lustros gracias a Ruy López de Segura, un clérigo extremeño de la corte de Felipe II que se coronó como el más antiguo campeón oficioso.

Una asignatura más

España no ha vuelto a dar ningún campeón mundial, pero en los últimos años se ha disparado el número de niños y jóvenes que lo practican en los colegios. Llama la atención que el enroque parlamentario de los últimos meses no haya impedido el consenso en materia de ajedrez. En febrero de 2015, la Comisión de Educación y Deportes del Congreso de los Diputados aprobó por unanimidad una proposición no de ley que instaba al Gobierno a implantar el programa Ajedrez en la Escuela de acuerdo a las recomendaciones del Parlamento Europeo, la Unesco e incluso el propio Senado español. ¿Llegará el ajedrez a implantarse como asignatura curricular en los colegios, como ya ocurre en más de 30 países?

Para Miguel Illescas (Barcelona, 1965), gran maestro internacional, editor de la revista Peón y rey y director de la escuela de ajedrez EDAMI de Barcelona, sería una fantástica noticia. «Numerosos estudios avalan el potencial pedagógico del ajedrez, que permite que los niños aprendan a pensar jugando», sostiene Illescas. «Se ha demostrado que imprime carácter y ayuda a tomar decisiones, facilita el aprendizaje y la comprensión, enseña a sacar provecho de los errores y mejora el rendimiento de la memoria, potencia la concentración, la reflexión y la planificación, desarrolla las habilidades matemáticas y estimula la comprensión lectora…». Y no sólo eso. Un informe de la Universidad de La Laguna (Tenerife) ha confirmado que tiene efectos beneficiosos en el enriquecimiento socioafectivo de los escolares. «Lo que rompe definitivamente con el viejo mito del jugador solitario y algo friki«, celebra Illescas. «La explicación es sencilla: analizar mejor el ambiente te convierte en una persona más empática y sociable».

XV siglos de historia

Desde el tablero más antiguo encontrado en la India hasta la supercomputadora Deep Blue, capaz de analizar 200 millones de posiciones por segundo, el ajedrez moderno, surgido hace cinco siglos, se ha ido adaptando a nuestras necesidades a lo largo de sus 1.500 años de historia.1. Origen. El ajedrez es una evolu-ción del juego persa «shatranj» y del «chaturanga». En el siglo XV se regulan en Europa los movimientos del peón, el alfil y la dama. El primer campeonato se celebró en 1886 en EEUU.

2. Normas. El clérigo Rodrigo Ló-pez logró en 1550 ser el primer campeón oficioso del mundo. Su «Libro de la invención liberal y arte del juego del ajedrez», publicado en Alcalá de Henares, es de los tratados más antiguos.

3. Duelos. Cada jaque mate de las 144 partidas que enfrentaron durante más de 500 horas a Anatoli Kárpov y Gari Kaspárov fue un triunfo político. Kárpov era emblema del comunismo; Kaspárov de la Perestroika.

4. La máquina. La supercomputadora Deep Blue de IBM nació para destronar a los grandes del ajedrez. En 1997, el imbatible Gari Kaspárov cayó derrotado en un histórico duelo hito de la inteligencia artificial.

5. Nº 1. Magnus Carlsen fue el jugador más joven en lograr el primer puesto del ránking (lo consiguió en 2013 con 19 años). El pasado 30 de octubre, revalidó su título de Campeón del Mundo ante el ruso Serguéi Kariakin.

Lucha contra la máquina

Gari Kaspárov, uno de los promotores de la iniciativa del Parlamento Europeo, mantiene que el reconocimiento oficial del ajedrez como herramienta pedagógica marcará un antes y un después en la Historia. «Estoy absolutamente de acuerdo», añade Illescas. «El futuro pasa por la educación de los niños. Y hoy sabemos que la gimnasia mental del ajedrez favorece tanto la formación intelectual y el desarrollo personal como la no menos importante formación en valores, esto es, el respeto a las reglas». Y parafrasea a Capablanca, el gran campeón cubano: «Si algo tenemos claro los ajedrecistas es que se aprende mucho más de una derrota que de 100 victorias… Aquí la culpa nunca es del árbitro ni del estado del césped. La responsabilidad siempre es de uno mismo y todas las partidas acaban en un apretón de manos«.

También las que el propio Illescas, informático de formación, mantuvo contra el mismísimo Kaspárov durante el desarrollo de Deep Blue, ese «abismo azul» tecnológico que en 1997 hizo claudicar a la leyenda rusa en una partida histórica que conmocionó al mundo con su oscura profecía sobre la inteligencia artificial. «Participé en la creación del prototipo de IBM, por lo que tuve que enfrentarme tanto a la máquina como a Kaspárov. A la máquina la vencí en varias ocasiones, pero caí tres veces contra Kaspárov y a la cuarta, en vez de esperar con la defensa preparada, me decidí a atacar y conseguí hacer tablas». Una prueba más de que la fortaleza psíquica es tan importante como la destreza técnica. «Tanto es así que, antes de la partida que Kaspárov perdió contra Deep Blue, me lo crucé en el ascensor y pude ver en su cara la viva imagen de la derrota…».

Imagen de la partida de Gari Kaspárov contra la supercomputadora Deep Blue

Hace 17 años Illescas fundó su primera escuela de ajedrez. Ahora el programa EDAMI, que no recibe ninguna ayuda privada ni subvención estatal, está presente en más de 50 colegios, públicos y privados. «Debido al creciente interés de los padres y profesores, he tenido que renunciar a mi actividad como entrenador para centrar mis esfuerzos en la escuela y en las conferencias». También ha aplicado con éxito técnicas ajedrecísticas en el mundo de la empresa. «Resulta muy útil en programas de formación de personal y también para enseñar a un equipo a tomar decisiones importantes. En el ajedrez uno puede mover correcta o incorrectamente las piezas, pero lo que no puede hacer es dejar de jugar, no moverse».

La pregunta casi se formula sola: ¿cuál es el nivel de los españoles? «Es muy bueno, pero nada comparable a los jugadores de Rusia o Ucrania», concede Illescas. «Internet ha democratizado los rankings y ahora todo el mundo está al tanto de las novedades. Lo que explica que EEUU esté viviendo un segundo renacimiento y también que cada vez haya más campeones de India, China o…, ¡incluso Noruega!». Se refiere Illescas a Magnus Carlsen, que con 22 años puso fin a una era de hegemonía soviética proclamándose 16º Campeón Mundial de Ajedrez en 2013. «Tuve ocasión de jugar contra él cuando era un niño y me di cuenta de que estaba ante un fenómeno, una rara especie de talento híbrido que sabía combinar lo mejor del juego estratégico de las personas con el cálculo táctico de las máquinas».

Nivel patrio

Magnus Carlsen, el jugador más joven de la historia en alzarse Campeón del Mundo de Ajedrez

Para Paco Vallejo (Mahón, 1982), pentacampeón de España (2006, 2010, 2014, 2015 y 2016) y actual 34º mejor jugador del mundo, otro de los puntos fuertes de Carlsen es su excelente estado de forma. «Las partidas de los grandes torneos pueden durar seis horas o incluso más [durante el duelo Nikolic-Arsovic de 1989 el minutero dio 40 vueltas completas al reloj], por lo que los fallos suelen estar relacionados con el cansancio», explica el ajedrecista español. Vallejo aprendió a jugar con 5 años, pero su ascensión al olimpo de la disciplina está plagada de casualidades. «Un día el jefe de mi tía me vio jugando. Dijo que era un genio y no paró de insistirle a mi madre hasta que consiguió que, con 11 años, me mandaran al Colegio Marcote de Mondariz-Balneario, en Galicia, donde gracias a una beca pude compaginar mis estudios con la carrera ajedrecística».

De aquellos años de formación le ha quedado un ligero acento gallego y una terca resistencia a la soledad. «Me desenvuelvo bien solo, pero es verdad que, debido al ritmo constante de los viajes, mi gran talón de Aquiles como jugador ha sido la falta de paciencia y las distracciones», se sincera. «Me cuesta mucho hacer rutina cuando la vida transcurre de hotel en hotel…». Tras una breve temporada en Moscú y otra en Barcelona, hace algunos años que Vallejo se instaló en Palma de Mallorca. Asegura que España no se vuelca con sus campeones, pero que a él se le ha permitido vivir profesionalmente del ajedrez. Eso sí, sin grandes lujos. «No me quejo del trato que recibimos, pero sí es cierto que cuando nos comparas con un futbolista o un tenista de élite saltan a la vista las diferencias».

Vallejo entrena todos los días, aunque no tiene horario fijo. En Moscú se aficionó al método Blitz, partidas superrápidas de tres minutos y dos segundos por movimiento. «Cuando vives de lo que más te gusta es difícil diferenciar entre las horas que dedicas a entrenar y las de ocio. Si estoy repasando mis jugadas favoritas o me pongo el vídeo de alguna partida mítica, ¿estoy trabajando o descansando?». Reconoce haber pasado momentos difíciles, sobre todo tras perder contra Serguéi Kariakin en la Final del Masters de Bilbao de 2012. Entonces anunció su retirada de la competición por un tiempo indefinido. «Cada derrota es como una pequeña muerte. Lo digo como lo siento… Con el tiempo he aprendido a tener confianza en mi juego más allá de los éxitos». A principios de 2014, comunicó a través de su muro de Facebook que regresaba a la competición y desde entonces no ha dejado de acumular títulos. «Después de un tiempo de relax, volvía a echar de menos la tensión de la competición. Ahora llevo dos años a muy buen nivel. Y, lo más importante, estoy satisfecho con mi trabajo».

Maestros españoles

Desde pequeño el ajedrecista profesional Paco Vallejo destacó por sus aperturas originales y su juego ofensivo. «La mejor virtud de un jugador es su versatilidad», asegura el pentacampeón de España. «Una buena forma física es clave. Con los años he aprendido a controlar el tiempo y las emociones y a gestionar los estados de tensión y de relajación. Antes me ponía tenso porque me metía demasiado en la partida y perdía la noción de la realidad».

El estilo de la campeona de España Ana Matnadze recuerda por su resolución al del gran Capablanca, aunque bebe de más influencias. En su opinión, la incorporación del ajedrez a los planes de estudio ayudaría a plantear algunos cambios importantes en la disciplina. «Por ejemplo, que el ajedrez sea admitido como deporte olímpico o que las mujeres puedan competir contra los hombres en igualdad de condiciones en todos los torneos internacionales».

Miguel Illescas es director de la escuela de ajedrez Edami e imparte clases de en el ámbito de la empresa. «Es una disciplina con infinitas aplicaciones. Por ejemplo, durante un curso de formación a policía, les enseñé a analizar situaciones complicadas con el método post-mortem [es decir, en orden cronológico inverso]: en lugar de remontarnos hasta el origen del crimen, tratamos de encontrar el último movimiento delatador».

Javier Ochoa, actual presidente de la Federación Española de Ajedrez, fue subcampeón de España en 1993. «Numerosos estudios han demostrado los beneficios del ajedrez, desde la mejora del rendimiento escolar de los niños hasta la prevención del Alzhéimer en mayores». Por eso cree que el programa Ajedrez en la Escuela recomendado por el Parlamento Europeo ayudaría mucho al desarrollo intelectual de los jóvenes españoles».

¿Dónde aprender a jugar ajedrez en España?

El Parlamento Europeo recomienda implantar el programa «Ajedrez en la Escuela«, dado sus beneficios educativos. Hasta que sea una asignatura curricular, escuelas públicas y privadas enseñan a los niños cómo jugar. 1. EDAMI-Escuela de Ajedrez Miguel Illescas. 2. Escola Lugyesa da Xadrez. 3. La Casa del Ajedrez de Madrid. 4. Escuela Municipal de Dos Hermanas en Sevilla. 5. Club de Ajedrez Magic Extremadura.

¿Deporte unisex?

Hace unos días las redes sociales se incendiaron con motivo de la decisión de varias jugadoras, como la estadounidense Nazi Paikidze-Barnes o la ecuatoriana Carla Heredia, de no participar en el Mundial de Irán por verse obligadas a llevar hiyab durante las partidas. «El equipo español no tuvo que tomar ninguna decisión al respecto, pues estamos clasificadas para el mundial de Rusia en 2018», cuenta Ana Matnadze (Telavi, Georgia, 1982), Gran Maestro Femenino y campeona de España. «Respeto las posturas de todos, pero no creo que renunciar al torneo sea la mejor manera de luchar contra las discriminaciones, que por supuesto existen y son aberrantes«. Coincide, en ese sentido, con Javier Ochoa, quien considera que las ventajas de haber jugado en Teherán habrían sido mayores a los inconvenientes.

Torneo anual infantil que Edami-Escuela de Ajedrez Miguel Illescas celebra en el Museo de la Ciencia CosmoCaixa de Barcelona

No en vano uno de los principales objetivos de la Federación Española, que en dos años organizará el campeonato mundial de jóvenes en Santiago de Compostela, es acercar el ajedrez a las mujeres, que representan sólo el 5% de los federados. Aunque cada vez hay más competiciones mixtas, el ansiado título mundial sigue separando a los participantes por razón de su sexo. ¿A qué obedece semejante segregación? «Como en tantos otros ámbitos de la vida, a razones históricas y a la dificultad de acceso de las mujeres», lamenta Matnadze. «Pero no hay que quedarse con lo malo, sino seguir luchando para que las cosas cambien. Estoy convencida de que dentro de cinco años no habrá diferencias entre los hombres y las mujeres que se batan intelectualmente frente a un tablero». Y rememora la hazaña de la húngara Judith Polgár, la única mujer en la Historia que ha estado entre los 10 mejores jugadores del mundo y que siempre se negó a participar en torneos femeninos.

Matnadze fue una niña prodigio en su Georgia natal. Amadrinada por Nona Gaprindachvili, leyenda viva del ajedrez en su país, y bajo el auspicio del entonces presidente de la República, Eduard Shevardnadze, con 10 años se encaramó a lo más alto de la categoría alevín. Después de recorrer los grandes torneos cargando con una maleta llena de libros (es licenciada en Germánicas y Periodismo) ocurrió lo inesperado: «Me enamoré de España, de su clima, de sus paisajes y de su gente», concede en un casi perfecto castellano, uno de los siete idiomas que domina. «El sol, la playa y la dieta mediterránea… ¿Dónde está escrito que la buena vida y la felicidad no sean compatibles con el ajedrez?». Jaque mate a los estereotipos.

Obras de arte

Cada tablero es una representación a escala del mundo. Dependiendo de su antigüedad, de los materiales, de su procedencia y de la relevancia histórica de su último propietario, pueden alcanzar grandes sumas en las casas de subasta.1. Francés. Fabricado en los años 80, se ha subastado recientemente en Sotheby’s (16.250 euros). Las casillas del damero son de travertino y mármol negro. Las piezas, de amatista y cristal de roca en plata dorada.

2. Medieval. Versión del clásico ajedrez de Lladró (1.750 euros), creado por el escultor español Juan Ignacio Aliena. Las fichas, en porcelana blanca y negra, son de inspiración medieval. El tablero es de cristal antichoc.

3. De colección. Set de ajedrez de origen filipino del catálogo de Ansorena (1.400 euros). La caja, fabricada en el siglo XIX, es de madera lacada y sobredorada. Las fichas son de marfil.

4. Modernista. De madera y diseñado por Man Ray, pertenece a una serie de 10 tableros de 1945. Se subasta el 11 de noviembre en Londres y se estima que podría superar los 35.000 euros.

Fuente: expansion
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