Armenia vivió hace unos meses protestas contra el alza de coste de la vida y la factura eléctrica. Una de las formas de protestas de los manifestantes fue además de bailar danzas y limpiar basura, jugar al ajedrez. Y es que el ajedrez representa la identidad nacional de Armenia. El ajedrez en Armenia se denomina čatrak, pronunciado jadrag (se escribe en armenio, ճատրակ).
En Armenia se ha jugado desde la Edad Media, en el siglo IX cuando estaba bajo influencia árabe, se han encontrado piezas antiguas en la capital medieval armenia, la ciudadela de Dvin. Pero tuvieron que pasar siglos para que el ajedrez tuviera gran protagonismo en la sociedad.
El mayor avance fue en la etapa soviética cuando se propagó el juego. El ajedrez se hizo particularmente popular con la figura de Tigran Petrosian, el denominado ‘Tigre de acero’ (Tiflis, Georgia, 1929-Moscú, 1984). Aunque nacido en Tiflis, la capital de Georgia, república vecina de Armenia, era étnicamente armenio y comenzó su ascenso ya en su territorio con una victoria en 1946 en el campeonato nacional. En 1953 llegó a Gran Maestro. Luego ganó el título de campeón soviético en cuatro ocasiones (1959, 1961, 1969 y 1975). En 1963, Petrosian se convirtió en el campeón mundial de ajedrez, tras derrotar al también soviético Mijail Botvinnik por 12,5-9,5.
La victoria de Petrosian no sólo proyectó el ajedrez, sino también “dio lugar a un flujo de fervor patriótico” en la entonces más pequeña república soviética. A partir de ese momento, el ajedrez se convirtió en una obsesión nacional.
Además de ser campeón del mundo durante seis años (1963-1969), Petrosian revalidó su título en 1966 antes Boris Spaski, para acabar perdiendo la corona mundial ante él, de nuevo, en 1969. Ganó la Olimpiada de Ajedrez nueve veces con el equipo soviético (1958-1974), jugó 129 partidas y sólo perdió una.
Una variante de la apertura de la Defensa india de Rey lleva su nombre, variante Petrosian (1. d4 Cf6; 2. c4 g6; 3. Cc3 Ag7; 4. e4 d6; 5. Cf3 0-0; 6. Ae2 e5; 7. d5 Cbd7; 8. Ag5). Además, ofreció una brillante definición: “El ajedrez es un juego por su forma, un arte por su contenido y una ciencia por su dificultad. Gracias al ajedrez muchos hemos conocido la alegría de la creación intelectual”.
También consideran casi como un jugador propio al ruso Gary Kasparov, por ser su madre armenia. Su apellido real es Kasparián, que modificó más tarde a una versión rusa, Kaspárov. Nacido en Bakú, capital de Azerbaiyán, fue campeón del mundo de ajedrez de 1985 al 2000.
Actualmente Armenia es el país que tiene mayor número de grandes maestros per cápita, un total de 30 que pueden ganar entre 36.000 y 64.000 euros anuales en premios y honorarios. Uno de los grandes maestros armenios, Karen Movsziszian, está actualmente afincado en España. El gran maestro y cuarto mejor jugador actual, según la FIDE, Levon Aronian juega actualmente en Moscú el torneo de candidatos, por cierto, patrocinado por una empresa armenia. Fue denominado como ‘el David Beckham de Armenia’, niñas y jóvenes aficionados lo persiguen pidiéndole autógrafos y para hacerse fotografías juntos, y es que en el país los jugadores son venerados como auténticas celebridades. Se autodefine como ‘chess gangsta’.
El equipo de ajedrez de Armenia ha ganado el Campeonato de Europa por equipos (1999), el Campeonato Mundial por equipos (2011) y la Olimpiada Mundial de Ajedrez (Turín, 2006, Dresde, 2008, Estambul, 2012).
El exprimer ministro y actual presidente, Serge Sarkissian, también es el presidente de la Federación Armenia de Ajedrez desde 2004 y fue reelegido en 2011. Con un presupuesto de 1,3 millones de euros, en septiembre de 2011, su gobierno aprobó una ley que hizo obligatorio el ajedrez en las 1.500 escuelas existentes en el territorio llegando a 120.000 alumnos.
Desde el curso 2011-2012, Armenia es la única nación que ha hecho obligatorias las clases de este milenario juego para estudiantes en segundo, tercer y cuarto grado, desde los siete años en adelante, en un programa para dotar a todas las escuelas del país con tableros y profesores especializados.
Durante dos horas a la semana, los niños reciben instrucciones y luego se enfrentan unos a otros, convirtiendo el ajedrez en una de sus clases favoritas, “el ajedrez en las escuelas es la mejor manera de construir el futuro” señalan los promotores. “Enseñar ajedrez en las escuelas creará unas bases sólidas para que el país se convierta en una superpotencia del ajedrez” afirman los gobernantes armenios, país puesto como ejemplo en el mundo en esta materia.
Hay que recordar que hace cuatro años, el 13 de marzo de 2012, el Parlamento Europeo en Estrasburgo aprobó que el ajedrez llegara a las escuelas en una votación con 392 votos a favor –eran necesarios 378- . Fue un día histórico que pone el juego del ajedrez “en el nivel más alto de reconocimiento por parte de la sociedad, no solo como un deporte sino también como una parte integral de la educación en el mundo moderno”, según declaró el presidente de la Unión Europea del Ajedrez (ECU), Silvio Danailov.
El amor de Armenia por el tablero es evidente. En sus quioscos se venden revistas, -la más antigua se remonta a 1972- además de las secciones fijas en los periódicos, así como libros, DVDs…. Incluso existen dos programas de televisión –‘Ajedrez 64’ y ‘Mundo Ajedrez’- destinados a atraer a los jóvenes hacia este deporte mental. Un enorme tablero luce en la plaza de la opera de Ereván, en el centro de la ciudad, donde miles de personas siguen los movimientos cuando hay grandes partidas.
La capital armenia también cuenta con una Casa del ajedrez inaugurada en 1970, abierta desde 1971 y que, tras su fallecimiento, en 1984 fue rebautizada con el nombre del campeón del mundo, Tigran Petrosian, que incluso puso la primera piedra del edificio. Se ubica en la calle Khanjyan, dentro del Parque circular del distrito Kentron. En 2002 se abrió en sus instalaciones la academia del Ajedrez.