El día de ayer 3 de enero fue cumpleaños de mi padre, don Daniel Granda Quintanilla. Cumpliría 77 años este 2017 que nos abre sus brazos llenos de luz, envolviendonos en un remanso de paz y amor.
Por Zoila Estela Granda
El destino quiso que nuestros padres tuvieran 7 hijos. Celebro que así haya sido. Y como no podía ser de otra manera, nos dimos cita para sorprender a nuestro progenitor en su domicilio, para agasajarlo debidamente. El 7 parece ser un número cabalistico para los Granda, pero más allá de creer en cábalas o no, pensamos que había llegado el momento de hacerle a nuestro padre un homenaje en vida.
Sobre las dos de la tarde fuimos ingresando a su patio, el sol brillaba con fuerza atravesando la frondosa ramada de parras. Por un momento retrocedimos en el tiempo, pero los enormes racimos de uvas estaban ahora al alcance de nuestras manos… antaño eran inalcanzables y sólo papá las cosechaba para hacer nuestra vendimia en casa. Mi padre, aquel hombre bueno y severo, con heridas en su alma, huérfano de cariño, no sabía cuánto lo queríamos porque la vida se llevó por caminos muy lejanos a su hijo Julio Ernesto, y para él, que hizo el papel de maestro y pulió a un genio, se quedó triste y así fue envejeciendo.
Dani, nuestro héroe en la infancia anunció la llegada de Julio y papá abrió sus brazos entre sollozos para recibir a su niño. Para ellos el tiempo no pasó.
Mi padre lo llenó de besos. Los demás sentimos que era un momento sublime de los dos, adornado por las lágrimas hermosas de toda mi familia. Fue el momento más emotivo, el recuerdo inolvidable para los presentes, los que sin duda, pasan pocas veces en la vida porque Julio es una estrella, nuestra estrella.
Los mariachis ingresaron mientras los cohetes reventaban en la puerta. Mi padre miraba al cielo. Sé que agradecida a Dios en silencio y a mamá, nuestro ángel que vela por nosotros. Ella estuvo presente, en cada uno de nosotros, sus amados hijos, que somos parte de su corazón que sigue latiendo en nuestro pecho…
Agradezco a Dios, porque pertenezco a una hermosa y numerosa familia, por la vida de mi padre, y gracias a cada uno de mis hermanos por hacer de una fecha tan importante un día tan especial. Gracias a mis cuñadas, a cada una de ellas, Carmen, Yuli, Mary y Concepción. A mis sobrinas preciosas, que son mis engreídas y las amo muchísimo, a mi sobrinito Martín que era el más pequeño y a mi hijo Miguel Ángel que viajó conmigo para estar presente. Así también a Rosa Neyra, la compañera de mi padre de tantos años, a toda su familia, a algunos invitados como nuestro amigo Cesar Augusto Neyra Mathey, a Andres Quispe, el amigo periodista, a las lindas señoras encargadas de la cocina y al grupo de mariachis » Real Morena»
Video: Julio Granda y el reencuentro con su familia en Camaná
https://youtu.be/a4fgmXaRExU
Un agradecimiento especial a mi querida tía Isabel Lopez Machado por recibirme en su casa de La Punta, como una hija más. GRACIAS CAMANÁ por recibirnos con tanto amor. (Z. E. G. Z.)[divider]
Zoila Estela Granda es autora del libro «Al otro lado del tablero», infancia compartida con Julio Granda, interesados en el libro pueden contactarse con ella a través de su facebook.