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Clases de ajedrez para ayudar a los niños con TDAH

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El ajedrez es una poderosa herramienta para neutralizar los síntomas del TDAH, un trastorno que se detecta en la infancia.

  • «Mejoran mucho a nivel matemático y lingüístico», asegura el psiquiatra infantil Hilario Blasco, jefe de investigación en salud mental del hospital Puerta de Hierro.
  • El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un trastorno mental de base hereditaria que afecta al 5% de la población.

Son hiperactivos, impulsivos, se distraen con suma facilidad, sienten aversión por las actividades monótonas… son algunos de los síntomas de los niños que padecen TDAH y que gracias al ajedrez pueden hacer importantes progresos.

Aunque parezca contradictorio porque este juego milenario reúne todas las características que ellos más odian (lentitud, monotonía, esfuerzo mental…), funciona.

Para mí es como ciencia ficción llevarlos a clase de ajedrez y ver que aguantan una hora sentados

«Para mí es como ciencia ficción llevarlos a clase de ajedrez y ver que aguantan una hora sentados y atendiendo. La clave es que los profesores conectan muy bien con los niños y saben captar su atención. ¡Eso y que tienen más paciencia que un santo!», explica Belén, madre de Daniel y Nacho, dos niños de 11 y 12 años con TDAH, que participan en los cursos del club Jaque Mate de Boadilla del Monte, en Madrid.

Estas clases forman parte del proyecto del psiquiatra infantil Hilario Blasco, jefe de investigación en salud mental del hospital Puerta de Hierro y pionero en el uso del ajedrez para el tratamiento del TDAH.

«El ajedrez requiere esfuerzo y es verdad que para muchos niños resulta aversivo, pero el quid de la cuestión es saber cuándo introducirlo. Hay que hacerlo cuando el niño está estable con la medicación porque, aunque los padres quieren oír que apuntan a su hijo a un curso de ajedrez y se olvidan de las medicinas, lamentablemente en la mayoría de los casos no es así», asegura Blasco.

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«Con la medicación estabilizas al niño para que sea capaz de atender, de concentrarse, de mantener un esfuerzo sostenido… ahí es cuando hay que introducirlo porque es un complemento, no un sustituto. Si a un niño con TDAH grave y sin medicación lo metes a clases de ajedrez, se desapuntará en un 90% de los casos», añade.

Captar la atención del niño

La labor del monitor es también fundamental para evitar abandonos prematuros. Fernando Arauz, profesor de ajedrez especialista en niños con trastornos mentales, explica sus técnicas: «Doy clases muy prácticas porque algunos no me aguantan más de 5 minutos seguidos de teoría».

«También hay que motivarles siempre, un niño con TDAH que pierde tres partidas seguidas se desmotiva o te la arma en clase. Por eso me invento juegos o ejercicios en los que siempre ganan, hay que intentar que nunca se sientan frustrados. Otro aspecto que trabajamos es la socialización, que suele ser uno de sus problemas habituales. Hacemos muchas actividades por equipos o en parejas», cuenta.

Pero la regla de oro de Arauz es captar su atención: «Para lograrlo cambio frecuentemente de actividad y de materiales. Un niño con TDAH no es que no pueda concentrarse, es que atiende a todos los estímulos habidos y por haber. Por ejemplo, si un coche pasa por la calle y se ve por la ventana de clase, una persona normal igual lo ignoraría, pero para ellos es una distracción enorme».

Múltiples beneficios para los menores

Si las clases funcionan y el monitor logra enganchar a los niños, los beneficios que el ajedrez puede aportarles son numerosos, asegura el doctor Blasco: «Mejoran mucho a nivel matemático y lingüístico, son capaces de estar mucho más tiempo haciendo los deberes. También mejoran en inhibición de respuesta, es decir, en reducir su impulsividad; y aumenta su capacidad de atención y concentración».

El volumen cerebral de las personas con TDAH es menor y eso es un dato objetivo

«Es un tema que aún está poco estudiado científicamente, pero hay muchísimas funciones cognitivas que pueden mejorar: memoria fotográfica, recursos posicionales, memoria de trabajo, que es, por ejemplo, la capacidad que tienen los ajedrecistas profesionales de prever los 9-10 movimientos siguientes de su rival porque tienen muchísimas partidas almacenadas», asegura Blasco.

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Subraya, además, que clínicamente esos beneficios son tangibles: «El volumen cerebral de las personas con TDAH es menor y eso es un dato objetivo. Con la medicación ese volumen, tanto de sustancia gris como de sustancia blanca, aumenta, pero no se normaliza. Hace falta además un trabajo de rehabilitación cognitiva y ahí el ajedrez es fantástico».

«Todos los casos que he tratado en los que el paciente ha sido capaz de mantenerse en el hábito del ajedrez han tenido una evolución fantástica. El aspecto negativo es que hay mucha tasa de abandono, pero como la hay con la medicación y la psicoterapia», concluye Blasco, que también es profesor de psiquiatría en la Universidad Autónoma de Madrid.

Mejora el comportamiento en casa

Y, por supuesto, los padres notan en casa los progresos de sus hijos. Belén lo sabe por partida doble: «A mis hijos tenía que llevarlos a rastras a otras actividades, pero a las clases de ajedrez van contentos porque les gusta».

«Son niños muy impulsivos, que siempre empezaban las cosas con muchas ganas, pero enseguida se desmotivaban; con el ajedrez no ha ocurrido. Fue increíble verles en su primer torneo sentados a gusto durante 3 horas, relajados, en silencio y aceptando bien las normas del campeonato», cuenta.

«Eso también les ayuda a aceptar mejor las normas en casa. Creo que el ajedrez tiene el mismo peso que la medicación que toman. Los fármacos no valdrían de nada sin esta psicoterapia», confirma.

¿Qué es el TDAH?

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), es un trastorno de salud mental de base hereditaria que se origina en la infancia y que afecta a un 5% de la población.

Cuando un padre viene y me dice que su niño es muy malo, lo primero que pienso es que tiene TDAH, rara vez me equivoco

Presenta síntomas de hiperactividad, impulsividad o inatención. La mayoría de casos no están diagnosticados y los graves requieren medicación.

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«Como ejemplo puedo decir que, según un estudio que publicamos hace cuatro años, solo se estaba tratando un 2% de los casos. Una porción importante de los pacientes aún no están diagnosticados», explica el psiquiatra Hilario Blasco. Y asegura que muchos casos los diagnostica en su consulta: «Cuando un padre o profesor viene y me dice que este niño es muy malo o muy vago, lo primero que pienso es que tiene TDAH y rara vez me equivoco».

«Es una patología que tiene muchos prejuicios y hay mucha desinformación en internet, pero debe tratarse. Yo tengo muchos niños en consulta que vienen suspendiendo nueve asignaturas, pero les pones la medicación adecuada y otras medidas, y con un solo mes de tratamiento, ese niño que estaba suspendiendo nueve es capaz de, no solo aprobar todo, sino de sacar notables y sobresalientes», destaca.

Fuente: 20minutos

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