El único maestro internacional cordobés que reside en la provincia indicó que seguirá vinculado al ajedrez de otro modo, como docente, entrenador o en exhibiciones.
Hace 40 años que Guillermo Soppe viene batallando en un universo de 64 casillas, dirigiendo ejércitos de peones, caballos, alfiles y damas.
El día que tuvo a Kasparov contra las cuerdas
Semejante gesta merece un retiro digno, según admite el único maestro internacional de ajedrez cordobés residente en la provincia. “He decidido dejar la práctica del ajedrez a nivel magistral. Considero este el momento justo para retirarme de la alta competencia. El ajedrez es parte de mi vida y seguiré ligado a él de otro modo, como docente, entrenador o jugando partidas de exhibición”, dice.
«El ajedrez es parte de mi vida y seguiré ligado a él de otro modo, como docente, entrenador o jugando partidas de exhibición”, indica Soppe.
El comienzo
A los 10 años su padre le enseñó a mover las piezas y a los 12, ya era un ajedrecista temible gracias a la mano de su primer maestro: Juan Carlos de las Heras. Luego tendría como tutor nada menos que al gran maestro Erich Eliskases.
El año 1975 fue el de su despegue. A los 14 años tuvo su primer prueba de fuego en el Torneo Mayor de Córdoba. Terminó en el quinto lugar detrás de jugadores de la talla de Luis Bronstein, Osvaldo Bazán, José Diani y Gerardo Bazán. Precisamente, este último maestro tuvo que inclinar su rey ante el joven Soppe. Fue su primer triunfo resonante. En esa misma época hizo tablas con Osvaldo Bazán y derrotó a Eduardo Secchi.
En 1977 fue campeón argentino cadete. Esto le sirvió para viajar al mundial de la categoría en Cagnes Sur Mer (Francia), acompañado por Héctor Luis González, destacado dirigente y periodista cordobés.
Allí conoció a quien luego sería el campeón mundial de ajedrez y uno de los mejores jugadores de todos los tiempos: Garri Kasparov. “Garri ya era una estrella entonces. Era uno de los jugadores más jóvenes del torneo y salió tercero”, cuenta.
En aquél torneo, Soppe empató con el islandés Jon Arnanson, quien fue el campeón.
El apogeo
En 1987 conquistó su título de maestro internacional en el Torneo Zonal de Chile. “Tenía que empatar la última partida para lograr el título. Y lo logré jugando con piezas blancas contra el peruano Julio Granda”.
En ese momento empezó la época dorada de Soppe, cuando integró cinco equipos olímpicos y fue medalla de bronce como tablero suplente en la Copa de Oro de Ajedrez en Lucerna (Suiza), integrando un equipo junto a Miguel Najdorf, Oscar Panno, Miguel Ángel Quinteros, Gerardo Barbero y Pablo Ricardi.
Fue campeón argentino absoluto en 1990 y 2003. La primera vez ganó un match de desempate con Marcelo Tempone, jugado en la ciudad de Córdoba.
Al año siguiente, fue subcampeón argentino detrás de Jorge Rubinetti pero por encima de Panno, Quinteros y Najdorf. En Córdoba, fue tres veces campeón del Mayor.
Tiene dos libros escritos en coautoría con el periodista Raúl Grosso (Eliskases, Caballeros del Ajedrez) y con Carlos Barrionuevo (Aprenda con los Campeones).
Se define como un jugador posicional, “con garra”, un estilo que –dice entre risas– se emparenta con el que practica el club de sus amores, el Belgrano de Ricardo Zielinski.
Fuente: mundod
