El ruso Kariakin gana el torneo de Candidatos y disputará el Mundial de Ajedrez al noruego Carlsen.
GONZALO ARAGONÉS, Moscú. Corresponsal | Actualizado a 30/03/2016 06:20
Esta historia podríamos empezar a contarla en el año 2001. En Oropesa del Mar (Castellón), se celebran los campeonatos del mundo juveniles de ajedrez. Un chico de Ucrania se proclama vencedor en la categoría para menores de doce años. Se llama Serguéi Kariakin. Entonces tenía once años. Hoy, con 26 y nacionalizado ruso, es uno de los mejores del mundo y este año podría hacer historia si se convierte en el campeón absoluto del deporte-ciencia.
Los resultados del pequeño Serguéi en aquella época fueron tan espectaculares que su compatriota Ruslán Ponomariov le contrató como analista para preparar el Campeonato del Mundo de la FIDE del año 2002. “Ponomariov se fijó en mí cuando primero vencí a su entrenador, y después a él”, recordaría años después Kariakin.
A los pocos meses, Kariakin logra el título vitalicio de gran maestro, la máxima distinción en ajedrez, convirtiéndose en el más joven de todos los tiempos en lograrlo (12 años y 7 meses). En 2004, con 14 años, gana al campeón del mundo Vladímir Krámnik en una partida a ritmo rápido en Berlín. Y un año después ya está entre los cien mejores del mundo.
La historia de los niños prodigios del ajedrez está llena de leyendas sobre sus comienzos. El americano Paul Murphy ganaba de calle a su tío al poco de haberle enseñado, con diez años. El padre del cubano José Raúl Capablanca ignoraba que su hijo, de 4 años, sabía jugar hasta que, en plena partida con un amigo, el niño le espetó: “No puedes hacer eso”. Y el ruso Gari Kaspárov ayudó a sus padres con un problema complejo. “En mi caso fue más simple”, confesaba Kariakin hace tres años al deportivo ruso Sport-Express. “Vi un anuncio en la tele con el slogan ‘Hasta un peón puede llegar a ser dama’. Tenía cinco años y me llamó la atención. Mi padre sacó un tablero cubierto de polvo y más tarde me apuntó a un cursillo”.
RELOJES DECOMENDADOS!
El anuncio y el cursillo forman parte del milagro. Sin ellos Serguéi Kariakin tal vez no habría ganado el pasado lunes el fortísimo Torneo de Candidatos de Moscú, en el que han participado ocho de los mejores ajedrecistas actuales: además de Kariakin, Fabio Caruana (EE.UU.), Viswanathan Anand (India), Anish Giri (Holanda), Peter Svídler (Rusia), Levón Aronián (Armenia), Hikaru Nakamura (EE.UU.) y Vésselin Topálov (Bulgaria). Tras 20 días y 14 partidas de altísimo nivel, Kariakin logra así el derecho de retar este año al actual campeón del mundo, el noruego Magnus Carlsen. La cita: noviembre, en Nueva York.
Será un duelo magnífico. El exniño prodigio de Simferópol se enfrentará a otro antiguo niño prodigio. Carlsen se convirtió en gran maestro en el 2004, con 13 años y 4 meses.
Le han apodado “el Mozart del ajedrez”. Un músico de las 64 casillas con una gran memoria que empezó a poner en práctica desde pequeño. Se dice que a los cinco años conocía las capitales y la población de todos los países del mundo. Al parecer, hoy comparte esa memoria con un superordenador de 50.000 euros que le sirve para profundizar en sus análisis.
Memorable es una partida que empató con Kaspárov en Reykiavik, con 13 años. El ritmo era rápido, cometió un error y no pudo ganar. “He jugado como un niño”, se quejó después.
Desde el 2010, con 19 años, Magnus Carlsen es el número uno de la lista Elo (equiparable a la ATP del tenis). Y en el 2013 se convirtió en campeón del mundo, al derrotar a Anand en un duelo que se resolvió en diez partidas.
Hace unos años se le comparaba a Bobby Fischer y a Kaspárov por su ambición por ganar, lo que le hacía descuidar la defensa. Pero al hacerse mayor, su juego se ha fortalecido, recordando a campeones posicionales como Anatoli Kárpov. Ahora sus rivales temen su frialdad y su increíble capacidad de concentración en partidas que pueden durar siete horas. Posee una técnica insuperable y es un muro infranqueable en los finales.
En noviembre, uno de estos dos niños prodigios se convertirá en el campeón del mundo 2016. Carlsen es el segundo occidental que ha roto la supremacía de la escuela soviética desde Fischer. Un aliciente más para Kariakin.
Fuente: lavanguardia