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El ajedrez de la vida

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Quizás no exista otro juego tan fascinante y lleno de belleza y sabiduría como el ajedrez. Ciertamente es un juego para dos, pues las piezas son blancas y las negras, sin embargo, un jugador puede jugar en forma simultánea contra varios, y se han realizado espectáculos de los grandes maestros en donde, incluso a ciegas algún maestro ha jugado contra más de diez contrincantes en forma simultánea.

Jorge Luis Borges mencionó: “El ajedrez es uno de los medios que tenemos para salvar la cultura, como el latín, el estudio de las humanidades, la lectura de los clásicos, las leyes de la versificación, la ética. El ajedrez es hoy reemplazado por el fútbol, el boxeo o el tenis, que son juegos de insensatos, no de intelectuales.”

Se indica que los beneficios de este deporte son: Que eleva el cociente intelectual, pues favorece el desarrollo de la creatividad y originalidad, ayudando a las personas e tomar decisiones más precisas y rápidas en los momentos en que están bajo presión. Ayuda a prevenir el Alzheimer. Ejercita ambos hemisferios cerebrales. Mejora la creatividad. Potencia la memoria. Ayuda a resolver problemas. Incrementa la capacidad lectora. Facilita la concentración. Hace crecer las dendritas, que son estructuras de las neuronas que están implicadas en la recepción de estímulos. Y enseña a planificar y hacer previsiones.

Se ha llegado a comparar a este hermoso juego con la vida misma de la persona, en la que, para poder obtener los triunfos que nos brinda la existencia, es preciso poner en práctica todos los beneficios que se han señalado del ajedrez, tomando en cuenta que, siguiendo un patrón disciplinario se puede ganar la partida, primeramente, fortaleciendo la PROTECCIÓN del rey y para ello es necesario enrocar lo más pronto posible. Esto lo podemos comparar con la salud que debemos procurarnos personalmente antes que nada.

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EVITAR PERDER EL TIEMPO. Es recomendable, desarrollar los peones y las piezas colocándolas en las mejores casillas lo antes posible durante la fase de la apertura. En la vida tampoco debemos perder el tiempo. Cada acción es conveniente que tenga un fin y nos conduzca en la dirección correcta para alcanzar nuestro propósito.

LLEVAR A CABO EL MEJOR MOVIMIENTO. El ajedrecista estadounidense Israel Albert Horowitz, señaló con precisión «Un mal movimiento sirve para anular cuarenta buenos”. Los movimientos que hagamos en nuestra vida, es conveniente que sean para encontrar los caminos certeros.

EVITAR ERRORES. Quien cometa mayores errores en el juego será el perdedor. Obvio que en la vida mientras menores errores cometamos, menos daños nos provocaremos.

PERFECCIONAR LA POSICIÓN DE LAS PIEZAS. Bobby Fischer, también ajedrecista estadounidense y campeón mundial, indicaba que: «La táctica fluye a partir de una posición superior». Debemos cuidar en nuestra vida, estar siempre atentos para no dejar pasar las oportunidades que se nos brindan.

CAMBIAR LAS PIEZAS MALAS. Es muy importante, colocar las piezas en las mejores casillas y liberarnos de las piezas que pueden entorpecer el desarrollo de nuestro juego. Al igual en la vida, es necesario desechar aquellas cosas y actividades que no nos hagan bien, pero debemos calcular que efectivamente, no nos benefician en absoluto.

PLANIFICAR. El ajedrecista ruso Mikhail Chigorin, mencionaba que “un mal plan es mejorque ningún plan». Todo maestro de ajedrez recomienda mirar hacia adelante y elaborar un plan. Al igual en la vida, si no existe un proyecto, un plan para avanzar, además de permanecer en el mismo lugar, la vida quedaría estática.

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POSITIVIDAD. Las mejores partidas de ajedrez suelen surgir si los jugadores no sienten ninguna presión y tienen la confianza de lograr sus objetivos. Al igual que en la vida, la actitud positiva es fundamental y base necesaria para la obtención de todos los logros.

SACRIFICIOS. Recuerdo que, en los premios de belleza en el ajedrez, se realizaron jugadas increíbles en las que, hasta la misma dama era sacrificada, pero el jaque mate era el resultado. Indudablemente, en nuestra vida deben existir también, un sinnúmero de sacrificios para lograr una serie de objetivos.

TENER PRIORIDADES. Ksawery Tartakower, conocido como Saviely o Savielly Tartakower en inglés, gran maestro y destacado periodista de ajedrez polaco y francés, es recordado por su agudo ingenio y aforismos, quien en una ocasión señaló: «El táctico debe saber lo que hacer cuando hay algo que hacer; el estratega debe saber qué hacer cuando no hay nada que hacer”. El ajedrez nos enseña tener prioridades y concentrarnos en la amenaza más peligrosa o el plan más importante. En nuestra vida, esta capacidad de establecer prioridades nos ayudará cuando tengamos que elegir entre varias opciones.

CONCENTRACIÓN. Cualquier partida de ajedrez, por corta que sea, requiere de toda la concentración, de principio a fin. De igual modo en la vida debemos mantener la concentración en nuestros objetivos.

JUGAR LO QUE RECLAME EL TABLERO. Siempre adaptarse al enfoque que se presente en el juego, y al igual que no moveré las piezas contrarias a mi gusto, en la vida tampoco, las circunstancias las habré de hacer aparecer a mi gusto, siempre hay que usar una táctica precisa y la estrategia correspondiente.

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ESPÍRITU DE LUCHA. El maestro ajedrecista ya nombrado Savielly Tartakower, manifestó: «Nunca se ha ganado una partida abandonándola». El ajedrez sirve para desarrollar una mentalidad de nunca darse por vencido y de luchar hasta la última gota de sangre, al igual que en nuestra vida cotidiana.

APRENDER DE LOS ERRORES. Noel Clarasó Daudí, mencionó: “En el juego es muy importante saber perder, pero es mucho más importante saber hacer perder a los otros.” Sin embargo, siempre en un juego habrá un perdedor y, es preciso perder cientos de partidas antes de ser campeón. Al igual que en nuestra vida, los fracasos son inevitables, pero con un análisis desapasionado podemos evitar cometer los mismos errores y saber cómo lograr los triunfos.

Puedo concluir el presente artículo, señalando que la vida es un juego donde no se trata de quién gana o quién pierde, pero el galardón del triunfo está en saber disfrutar, aprender, acumular experiencias de calidad, que nos enriquezcan en mente y corazón.

Por LUIS ALBERTO ZAVALA RAMOS

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