Para llegar a ser un campeón de ajedrez, ¿basta con tener una inteligencia normal y a partir de aquí aprender tácticas ajedrecísticas y practicar mucho?
Históricamente, la pregunta no ha sido fácil de responder, y son muchos los debates que ha suscitado.
El equipo internacional de Alexander Burgoyne y Zach Hambrick, de la Universidad Estatal de Michigan en Estados Unidos, ha analizado medio siglo de investigaciones sobre inteligencia y capacidad ajedrecística y ha llegado a la conclusión de que la habilidad cognitiva contribuye mucho a las diferencias individuales en dicha capacidad.
En efecto, la inteligencia, y no solo la práctica constante, es vital para las aptitudes de un individuo como jugador de ajedrez.
La nueva investigación proporciona algunas de las evidencias más concluyentes hasta la fecha de que la habilidad cognitiva está vinculada a la habilidad ajedrecística, algo que ha sido muy debatido en psicología durante décadas y refuta las teorías de que la pericia en el ajedrez depende solo del adiestramiento intensivo.
Para jugar bien al ajedrez, es obvio que aprender tácticas y practicar mucho resulta vital. Pero el nuevo estudio muestra que la inteligencia interviene de manera destacada.
Zach Hambrick, a la izquierda, y Alexander Burgoyne debaten sus hallazgos sobre la relación entre la pericia ajedrecística y el grado de inteligencia. (Foto: G.L. Kohuth)
En la investigación se encontró que la inteligencia de los sujetos de estudio estaba vinculada a la aptitud para el ajedrez, sobre todo entre los jugadores jóvenes y en aquellos con niveles más bajos de habilidad ajedrecística.
Esto encaja con lo que cabe esperar del nivel de importancia que la inteligencia puede tener si va acompañada o no de conocimientos estratégicos. Con dichos conocimientos su importancia es menor que sin ellos. Para las personas con menos conocimientos sobre ajedrez, el grado de inteligencia resulta mucho más importante. Para los jóvenes, con menor experiencia con el ajedrez por haber vivido menos, la situación es similar.