por Federico Marín Bellón
Estados Unidos ha conseguido una medalla de oro histórica en la Olimpiada de Ajedrez, en un nuevo fracaso de Rusia, que solo pudo ser tercera, por detrás de Ucrania. Los grandes favoritos no ganan la competición desde 2002.
En categoría femenina, además, China también superó a las rusas, cuartas por detrás de Polonia y Ucrania. Los dos equipos españoles, que partían entre los quince primeros, decepcionaron sin paliativos. Puesto 31 para ellos y 45 para ellas. Más allá de la breve reseña deportiva, sin embargo, hoy me apetecía recordar a los personajes clave de la competición. La elección es subjetiva, aunque creo que todos ellos son indiscutibles.
Los estadounidenses demostraron que su selección era tan temible como parecía. Ningún otro equipo tenía tres jugadores entre los diez mejores del mundo, aunque la media de Elo de los rusos era superior. Al final, lograron nueve victorias y dos empates. Ucrania se anotó diez victorias y ganó a Rusia, pero les pasó factura su derrota ante Estados Unidos.
1. Wesley So
Del equipo campeón, sin apenas fisuras (solo tres partidas perdidas en toda la Olimpiada), destaca la actuación de Wesley So. El gran maestro de origen filipino debutó para su nuevo país con 8,5 puntos en diez partidas, dignas de una puntuación estratosférica: 2896 puntos Elo. Solo el checo Zbynek, el ucraniano Yuriy y el noruego Aryan le sacaron tablas. Clave fue su victoria ante el ruso Nepomniachtchi. A la Olimpiada llegaba después de ganar la Copa Sinquefield ante varios de los mejores del mundo. Si sigue a este nivel, habrá que pensar en él como posible candidato al título mundial.
La imagen de arriba es de David Llada, uno de los fotógrafos oficiales del torneo.
2. Eugenio Torre
Otro jugador filipino, pero de 64 años, ha sido una de las sensaciones en Bakú. El otro día recordábamos aquí un par de anécdotas suyas sobre Bobby Fischer. Tercer tablero de la selección de su país, su resultado fue realmente impresionante: 10 puntos sobre 11 posibles, con nueve victorias y dos tablas. Pese a su edad, jugó todas las partidas, sin descansar ni una ronda, y dio una lección tras otra de ajedrez, como si tuviera 2836 puntos Elo. Una de sus víctimas fue el español Iván Salgado, que no ha jugado el torneo de su vida, por otro lado. Siete de sus rivales eran mejores que él, pero solo en teoría. Sobre el tablero mostró una energía envidiable.
3. Phiona Mutesi
La jugadora de Uganda ya visitó este blog hace tres años, tiempo en el que Disney ha rodado una película sobre su vida. En Bakú solo le dio tiempo a jugar dos partidas, antes de marcharse de promoción cinematográfica a Toronto, en cuyo festival se ha estrenado la cinta. En ella aparece la estrella mexicana, de origen keniata, Lupita Nyong’o.
Phiona Mutesi, también conocida como «La princesa de Katwe», por el libro de Tim Crothers, vivió en las condiciones más penosas que quepa imaginar, se quedó huérfana y llegó a ser amortajada, a los ocho años, después de ser dada por muerta. Una sucesión de milagros la salvaron y el ajedrez le sirvió para conseguir una vida.
4. Pia Cramling
No nos podrán acusar de gafes por hablar de ella varias veces, la última justo antes del torneo de Bakú. En su caso el riesgo era pequeño, porque Pia Cramling es toda una garantía. Como destaca su marido y entrenador,Juan Manuel Bellón, la gran maestro sueca lleva 35 partidas consecutivas sin perder en el primer tablero de su país. Ha terminado imbatida las de Dresden, Tromsö y Bakú, donde hizo 8,5 puntos de 11. Su actuación equivale a 2535 puntos Elo, casi cien más de los que tiene. Ha cumplido 53 años, pero por ella no pasa el tiempo. En Bakú logró una nueva medalla de bronce por su logro individual, pero lo mejor de todo es que a su lado debutó su hija Anna, con solo 14 años.
5. Dana Reizniece-Ozola
La ministra de Hacienda de Letonia ha acaparado más titulares que ningún otro participante, al menos en la prensa generalista. En este blog también destacamos su victoria sobre la campeona del mundo, la china Hou Yifan.
La dirigente demostró que está hecha de otra pasta. Hizo seis puntos en diez partidas, en el primer tablero de su país y completó una actuación que demuestra que su Elo real es muy superior al oficial (unos 150 puntos, por lo visto en Bakú). Reviniece-Ozola es además una mujer muy simpática, siempre sonriente, y una líder natural. Como declaró en rueda de prensa, es firme partidaria de que los políticos tengan aficiones al margen de su trabajo, para que no pierdan «integridad».
6. Perú
Lo más sorprendente del éxito de la selección de Perú al completo es que lo hayan logrado sin su eterno primer tablero, Julio Granda, peleado con la federación de su país. A cambio, pudimos disfrutar de sus comentarios al lado del gran maestro Pepe Cuenca en Chess24. Los peruanos, primeros hispanohablantes del torneo, partían del puesto 34 y lograron quedar décimos. Ganaron siete encuentros, empataron dos y perdieron otros dos. El joven gran maestro Jorge Cori, que fue campeón del mundo sub 16 (y también ha pasado por el blog), fue la locomotora de su equipo, con 8 de 10 (una increíble actuación de 281o puntos). El gallego Salgado (también hay que destacar lo bueno) le infringió una de sus dos derrotas. Emilio Córdova, sufrido primer tablero, aguantó el tipo con el 50 por ciento de los puntos, y el maestro internacional Deivy Vera acabó con unos meritorios 6 de 10.
A la sorpresa de Perú sin Granda, por cierto se une la de India sin Anand e incluso la de Italia sin Caruana. Ha quedado más claro que nunca que el ajedrez también es un deporte de equipo, aunque los jugadores estén solos ante el tablero… si no hacen trampas.
Fuente: abc