En el mundo hay unos quince museos dedicados íntegramente al ajedrez, destacando los de Amsterdam, Moscú y San Luis, pero el más reciente y que contiene mayor número de piezas y tableros se encuentra en la capital turca, Ankara.
El museo fue fundado el 13 de octubre de 2015, aniversario de la fecha en que la ciudad de Ankara fue nombrada capital de Turquía. En 2023 se cumplirá un siglo de este hecho. El Museo fue establecido por el empresario y hombre de negocios Akin Gökyay, dentro del denominado Museo Fundación Gökyay de ajedrez, creado en enero de 2013. Situado en el barrio histórico Hamamönü de Ankara, es el primer y único museo de Turquía dedicado al ajedrez.
Contiene más de mil metros cuadrados de superficie y además de biblioteca, tienda del museo y cafetería –llamada simbólicamente Chaturanga-, alberga una sala de reuniones que se puede alquilar y suele haber actuaciones y conciertos de música.
En colaboración con la Federación Turca de Ajedrez organiza talleres educativos con niños y jóvenes durante los fines de semana donde suelen participar grandes maestros. Desde 2005 y de acuerdo con el Ministerio de Educación, el ajedrez es una asignatura optativa en los colegios turcos.
Un museo que alberga la mayor colección de ajedrez del mundo con 560 diferentes juegos de ajedrez de 103 países diferentes de los cinco continentes, figurando en el Libro Guinness de los Récords desde 2012. Cuenta con tableros con personajes como Bush, Sadam Hussein, Los Pitufos, Astérix, Harry Potter, Lucky Luke, El señor de los anillos, faraones del antiguo Egipto y soldados turcos participantes en la batalla de Gallipoli (Çanakkale en turco).
Akın Gökyay indicó que se está trabajando para aumentar el número de juegos de ajedrez en el museo. La colección está valorada en cuatro millones de liras turcas (1,2 millones de euros). Los materiales de los juegos son diversos: piedra, madera, metal, huesos de pescado, mármol, piedra de jabón, cristal, vidrio, fundido de poliéster…
El horario es de 10.00 a 18.00 horas de martes a domingo. El precio de la entrada del museo es 10 liras turcas (3,10 euros) para adultos y 5 liras (1,55 euros) para estudiantes y mayores de 65 años. Estudiantes y turistas son los más asiduos al museo.
“También tenemos descuentos para grupos de más de diez personas. El museo necesita un cierto nivel de ingresos para sobrevivir. En realidad, este ingreso no es suficiente. Este lugar es mi orgullo, pero este museo debe ser una fuente de orgullo para Turquía” declara Akin Gökyay.
Su colección entró en el Libro Guinness de los Récords cuando su número llegó a 412, posteriormente se creó el Museo, el único de su género en Turquía. “Se ha llegado a 560 y sigue aumentando”. Gökyay dijo que todavía ostentaba el récord Guinness, pero se esforzará en renovar el título. “El ajedrez es un símbolo de paz que es lo que actualmente más necesita nuestro país y el mundo”.
La colección recopila juegos desde hace cuatro décadas. Gökyay compró su primer juego en 1975 en Milán. “Mi objetivo no era tener una colección. Yo estaba interesado en el juego y me gustó el diseño de ese conjunto. La tienda estaba cerrada por ser fin de semana. Tuve que esperar tres días para comprar el juego de ajedrez. Más tarde compré otro juego en Hong Kong “, sostuvo.
Particularmente interesado en viajar, Gökyay dijo que había convertido en un pasatiempo comprar juegos de ajedrez en varios países. “Me gustan dos cosas sobre el ajedrez, primero que refleja la cultura de las naciones y países, y segundo que el ajedrez es un luego de la mente y la lógica”. “Aprendí a jugar al ajedrez cuando tenía 10 años”, dijo Gökyay. “Mi padre era muy bueno. No hay espacio para la suerte en el ajedrez; todo está en la mente”.
“Durante mis viajes vi que cada país tiene diferentes conjuntos. He viajado a 103 países, pero mi colección incluye conjuntos de 93 países. Compré los objetos que ofrecen las tradiciones y la historia de esos países”. Gökyay dijo que los precios de los juegos varían entre 150 dólares (130 euros) y 10.000 dólares (8.770 euros).
No todos los países tienen un juego propio de ajedrez, e incluso si lo hacen, no es fácil encontrar uno, afirmó. Un ejemplo es Bulgaria, que sólo cuenta con juegos de ajedrez para los torneos, no de un valor cultural. Hay buenos juegos de ajedrez en Estambul, lo mismo en Estados Unidos y Sudámerica. África cuenta con algunos juegos de ajedrez de artesanía buenos, al igual que Malasia e Indonesia, mientras que Japón no. Se pueden encontrar muchos juegos de ajedrez distintos en Italia, Grecia, Rusia, Estonia, Letonia, Lituania y Noruega. Asia Central tiene muchos, a diferencia de Azerbaiyán.
“Cada juego es difícil de encontrar, costoso, difícil de empaquetar y llevarlo. He traído la mayor parte de mis juegos de ajedrez, después de envolverlos en papel higiénico. Hemos sido capaces de mantener 20 juegos en casa, pero el resto era imposible”, explica.
El empresario dijo que quiere que su colección sobreviva después de que muera. “Fundé la Fundación Gökyay al principio, antes que el Museo. Doné dinero en efectivo a la fundación para que el edificio del museo pudiera ser comprado y establecido. Lo que se ve aquí no me pertenece, sino a la fundación. Compro nuevos conjuntos cuando viajo al extranjero; mis amigos también me los dan.
Prefiere conjuntos temáticos que simbolizan una cultura o eventos, en la compra de un juego de ajedrez, Gökyay explica: “Elijo los atractivos. Me encanta mi primer juego de ajedrez, pero todos ellos son como mis hijos; No puedo discriminar entre ellos. Cada uno de ellos tiene valor; hay algunos juegos que no voy a ser capaz de encontrar más”.
“Algunos de ellos tienen detalles muy finos son como una obra de arte. La colección tiene 50-60 conjuntos de diseño. La última moda en el diseño del juego de ajedrez es simbolizar ciudades. Las piezas de ajedrez simbolizan los edificios notables en las ciudades. Es posible ver los eventos históricos y la cultura de los países en las piezas de ajedrez. La Batalla de Gallipoli y los ataques del 11 de septiembre están entre ellos”.
Ha recibido una gran cantidad de demanda de exposiciones itinerantes: “Estamos pensando en la organización de una exposición itinerante después de separar los conjuntos iguales o similares. Es muy duro llevar los conjuntos al exterior”, declaró.
Cuando se le preguntó acerca de un juego de ajedrez que querría haber comprado, pero no pudo, Gökyay dijo: “Había uno que contaba con figuras de revolucionarios turcos. Su precio era de 4000 dólares (3510 euros) y me pareció demasiado caro. Yo no era capaz de comprarlo porque no tenía el dinero. Seguí el conjunto durante los siguientes tres y cuatro años, pero no pude comprarlo”.
Fuente: periodistas