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Perseverancia y trabajo, las claves para vencer en el ajedrez y en la vida

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– Con más de 38 años dedicado a la práctica y enseñanza de este sesudo deporte, el docente explica cuáles son los paradigmas y vínculos que existen entre el razonamiento lógico de la disciplina y el quehacer diario, argumentando además la importancia que reviste su temprana incorporación en la enseñanza escolar.

Punta Arenas, Chile.- Arte, ciencia, deporte, educación, cultura y entretención. La relación de todas estos conceptos, combinados con el desarrollo del razonamiento lógico y metodológico dan vida al ajedrez, disciplina en que mediante un tablero bicolor divido en 64 casillas, dos personas utilizan múltiples estrategias para mover 16 piezas, que pueden ser tanto de plástico, madera o de cristal, y donde el trabajo del pensamiento y la perseverancia son los principales factores para conseguir el objetivo final: jaque mate.

De origen controvertido, aunque con sus primeros esbozos en el continente asiático, hoy se ha expandido por todos los rincones del planeta, donde los jugadores y adherentes, en una lucha constante, han abogado por su incorporación como un deporte más en las categorías de los Juegos Olímpicos. No obstante, parte de aquellas solicitudes también provienen de la región más austral de Chile, lugar donde en los últimos 20 años se ha inculcado en algunos recintos educacionales el aprendizaje de asignaturas específicas mediante el juego del ajedrez, labor que el docente Christian Bordoli, se ha encargado de instruir durante algunas décadas.

Nacido en Santiago, el 4 de mayo de 1968, el ajedrecista ha vivido casi toda su vida en la ciudad Punta Arenas, conociendo por primera vez el juego en un cumpleaños cuando tenía recién 10 años. Estudió inicialmente en la Escuela Arturo Prat para luego, en quinto básico, emigrar al Liceo Salesiano San José, donde dio sus primeros movimientos frente del tablero.

“Me gustó, fue una actividad recreativa y me llamó la atención por el aspecto de que en la medida de que uno va obteniendo resultados dependiendo del resultado de su trabajo, o sea que si yo soy capaz de corregir el error que cometí ayer, no lo vuelvo a hacer y voy progresando”, indica.

En el año 1979, Bordoli se integró a la única academia que existía en aquella época en la ciudad, cuyos tutores que le enseñaron los fundamentos, técnicas y sistemáticas de juego, fueron Jorge Flores y Baldovino Gómez, actual seremi de Gobierno. Del mismo modo, en 1981 participó del tercer torneo que organiza hasta el día de hoy La Prensa Austral, del cual asegura que no tenía muchas expectativas pero de todas formas logró salir tercero a los 13 años.

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“Es un torneo que le tengo mucho cariño porque de ahí nací yo como ajedrecista. De hecho yo lo jugué en 1981, 1982 y en 1983, y en esos dos últimos años quedé empatado en el primer lugar y por sistema de desempate salí segundo… nunca lo pude ganar. Ha habido mucha gente que nos ha pedido hacer una copa de campeones por lo que pretendemos que ahora entre noviembre y diciembre hacer un certamen con todos los que han salido vencedores, y en una de esas me lo gano yo”, manifiesta decidido.

“No hay brecha económica”

Cuando Bordoli cursaba tercero y cuarto medio se convirtió en el primer instructor como alumno que tuvo el Liceo San José, para posteriormente continuar con sus estudios superiores en la Universidad de Valdivia, donde por tres años perteneció a la carrera de Medicina. Luego, retornó a estudiar Ingeniería Comercial en la Universidad de Magallanes, egresando en 2006. Tanto en la Uach como en la Umag fue seleccionado universitario, siendo en esta última quien encabezó el equipo que viajó a varios campeonatos nacionales, consiguiendo además instituir el ajedrez inclusivo, donde niños que tienen capacidades diferentes juegan y lo hacen a un buen nivel.

“A diferencia de otros deportes, no hay una brecha económica de por medio, porque un ajedrez es barato y se puede progresar a los 20, a los 30, a los 50 o hasta los 70 años. En otros deportes, físicamente estás limitado por tu condición y contextura, y después de los 40 son pocos los deportes en los cuales uno continúa siendo de elite”, complementa.

¿Por qué se considera un deporte?

“Lo que transforma al ajedrez en deporte es el hecho de que uno compite, y que aquellas competencias son bien rigurosas, comprenden de varias horas e implica tener una condición física adecuada. Además, tiene un aspecto de arte porque no todo está escrito ni resuelto, sino que uno siempre tiene la posibilidad de crear algo nuevo a través de las estrategias y la metodología que se proponga. Y es cultura porque te permite compartir con personas de otros lugares u otras idiosincrasias”, explica detenidamente el instructor, quien afirma asimismo que esta disciplina tiene sus olimpiadas propias, debido a que durante mucho tiempo se ha estado peleando y argumentando para que ingrese como deporte oficial en las olimpiadas generales, lamentando además de que esa opción aún no da resultados por ”temas económicos de por medio”.

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De igual forma, asevera que no hay un tipo de persona en específico, un truco mágico o algún procedimiento concreto que ayude o favorezca el vencer a un contrincante en una partida de ajedrez, sino que aclara que toda victoria se debe a una serie de procesos en los cuales el razonamiento lógico, la proyección de las acciones a ejecutar y la constancia son los principales elementos que determinan a un ganador, tal cual como en la vida misma.

“Sólo es perseverancia y trabajo, porque al igual que en la vida, nada es gratis. Cualquier persona puede jugar bien, es simplemente un 10% de habilidad y un 90% de trabajo. Obviamente hay niños que tienen capacidades innatas más desarrolladas que otros, pero uno puede lograr los mismos objetivos con todos”, sostiene.

Como factor educativo

Sin duda, el experto jugador recalca la importancia que tiene el ajedrez en las primeras etapas educativas de los estudiantes, destacando que el enseñar a pensar y a aplicar diversas metodologías es la finalidad básica de la pedagogía, siendo además un medio ideal para la concretización de objetivos, que a través de un juego se motiva a la persona, integrando diferentes conceptos de capacidad y ayudando de forma considerable al proceso evolutivo mental del alumno.

“El ajedrez en el tema educativo tiene la ventaja de que se desarrollan las mismas habilidades que en la teoría de conjunto en matemática, en lo que tienen que ver el sentido espacial y la secuencia lógica del pensamiento. Por eso es que se ha logrado instaurar en varios colegios particulares de la región, lo que al mismo tiempo ha sido una lucha durante varios años también”, añade.

En la situación regional, relata que el primer recinto educacional en instaurar al ajedrez como parte del currículum académico fue el Colegio Cruz del Sur, en 1993, el cual fue pionero debido a que el destacado docente Humberto Vera, quien fue el director del establecimiento a inicios de la década de los ’90, logró percibir que con la interacción de este juego los niños “mejoraban su capacidad de concentración y podían transmitir lo que se hace en la disciplina a la vida cotidiana, generando personas más reflexivas, que saben trabajar en equipo, entre otras cosas”.

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“En el fondo hay una tendencia a nivel mundial de instaurar el ajedrez por su cercanía con la matemática y por buscar nuevas formas de enseñar haciendo más didáctico el aprendizaje”, apunta.

De la misma manera, Bordoli acota que el Liceo San José, recinto salesiano donde es docente desde 1990 a la actualidad, es el colegio más longevo en la zona con el ajedrez como actividad extraescolar y desde hace 10 años que se incorporó como asignatura. En tanto, el Colegio Rubén Darío comenzó de este año a incorporar como asignatura este deporte de mesa.

Retribución y alegría

“A través de los años, y con mucho orgullo, puedo decir que la gran mayoría de los alumnos que hemos tenido terminan la universidad, son profesionales y se ha desarrollado un nivel de amistad con ellos que hasta el día de hoy hay muchos de ellos que van, colaboran y ayudan a dirigir en los torneos, porque siempre les inculqué que tienen que devolver lo que a ellos se les ha entregado y la idea es que de igual forma se comprometan con los que vienen detrás, y esa es la principal retribución y alegría que da que el trabajo se ha hecho bien”, determina.

Consultado por la gran cantidad de estudiantes y niños que actualmente están inmersos en el mundo de la tecnología, a través de celulares y dispositivos móviles, el profesor manifiesta que estos aparatos no son una traba, sino más bien un complemento en el cual se adapta un formato tradicional a un escenario digital.

“Hoy día se pueden conjugar en todos los aspectos debido a que existen programas de ajedrez que funcionan con el computador que son como videojuegos, donde tienes etapas, y lo importante es que un buen deportista tiene que ser rápido de mente y el ajedrez no le quita espacio a otros deportes o a otras actividades, sino que se pueden complementar. Actualmente hay aplicaciones que se pueden encontrar en los celulares en que uno perfectamente puede jugar una partida de ajedrez contra la máquina. La mayoría de los videojuegos son de estrategia y planificación, dos factores que por esencia definen a este deporte”, sentencia.

Roberto Martínez Arriaza

rmartinez@laprensaaustral.cl

Fotos Gerardo López M.

Fuente: laprensaaustral

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