JOSÉ OSTOS | EL UNIVERSAL
En esta entrega queremos compartir con los amigos ajedrecistas los sabios consejos del «Patriarca» del ajedrez ruso, el ex campeón Mundial Mijail Botvinnik, relacionados con los métodos que utilizaba al preparase para las competiciones en las que participó durante el período comprendido entre la década de los 30 y la década de los 60 del siglo XX. Aquí es importante destacar que el sistema de entrenamiento de Botvinnik es inseparable del proceso de perfeccionamiento constante del ajedrecista.
En este sentido, la esencia de su filosofía de trabajo está condensada en las siguientes ideas y propuestas:
La preparacíon sistemática es, junto a la salud, el talento y el carácter, uno de los pilares sobre los que se sustenta la fuerza y posibilidades de éxito de un ajedrecista.
Según Botvinnik, ante todo es necesario pensar en alcanzar un estado de salud envidiable, a fin de afrontar con optimismo y resistencia la lucha ajedrecística. En especial, recomendaba respirar aire puro en el campo y permanentes caminatas, como mínimo un mes antes del inicio de la competición. Este consejo de Botvinnik lo siguen los entrenadores de nuestra Academia Nacional de Ajedrez, al proponerle a sus pupilos un régimen balanceado de alimentación y la práctica de un determinado deporte o actividad física de su preferencia (natación, fútbol, béisbol, excursiones, caminatas).
Ya en el campo propiamente técnico de la preparación ajedrecística, Botvinnik recomendaba:
1) revisar la literatura sobre ajedrez, con el fin de actualizar conocimientos y, sobre todo, ver y analizar las partidas recientes más interesantes de adversarios potenciales;
2) en caso de conocer a los futuros participantes del torneo, lo ideal era estudiar con detenimiento las últimas partidas jugadas por cada uno de ellos, haciendo énfasis en las particularidades de sus estilos de juego y variantes de apertura preferidas.
En la actualidad, gracias a los ordenadores, los potentes programas informáticos y las inmensas bases de partidas, esta labor puede ser llevada a cabo con máxima efectividad por cualquier ajedrecista;
3) una vez realizado el trabajo anterior, llegaba el momento de comenzar a preparar los propios esquemas de apertura que serían planteados en el transcurso del torneo.
Aquí Botvinnik propone un máximo de 3-4 esquemas con blancas y la misma cantidad de esquemas para jugar con las negras, subrayando que dichos planteamientos debían ser muy bien estudiados y repasados. Esto significa, fundamentalmente, que es vital cumplir con la tarea de perfeccionamiento de los esquemas elegidos, haciendo hincapié en analizar y comprender los planes de medio juego relacionados con dichos planteamientos;
4) para cumplir la tarea mencionada, el ex campeón del mundo enseñaba que la manera más eficaz de probar los esquemas de juego seleccionados consistía en jugar partidas especiales de entrenamiento. Estos encuentros preparatorios cumplían además otras funciones claves en el proceso de entrenamiento, ya que ayudan a corregir muchas fallas. Por ejemplo, para eliminar o disminuir los frecuentes apuros de tiempo, aconsejaba jugar partidas de entrenamiento prestando atención en primer lugar al reloj y no a la calidad de las jugadas o el resultado. La idea era continuar esta práctica hasta crear el hábito de distribuir el tiempo de manera más equitativa. Se consideraba logrado el objetivo, cuando el ajedrecista era capaz de calcular las variantes necesarias. En este orden de ideas, los ajedrecistas actuales disponen de varias opciones válidas para perfeccionar sus esquemas de juego, recurriendo a las partidas de entrenamiento recomendadas por Botvinnik:
- Jugar partidas a través de internet contra adversarios de diferente nivel de juego;
- Participar en torneos de ajedrez rápido (25-30 minutos para cada jugador);
- Tomar parte en torneos de ajedrez «relámpago» (5 minutos para cada jugador);
- Dar simultáneas de ajedrez contra adversarios de cierta fuerza.
Por último, Botvinnik aconsejaba suspender todo tipo de trabajo ajedrecístico cinco días antes del inicio de la competición. El propósito era descansar y, sobre todo, no perder el gusto por la lucha en el tablero.
Guardamos la esperanza de que los amigos lectores sabrán aprovechar debidamente las anteriores recomendaciones de uno de los ajedrecistas más poderosos de la historia, cuya autoridad e influencia son y serán reconocidas por todos aquellos que deseen elevar su fuerza de juego de manera sistemática y progresiva.
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Fuente: eluniversal
