Inicio Ajedrez y Salud ¿Problemas con el tiempo? Entonces este artículo es para ti!

¿Problemas con el tiempo? Entonces este artículo es para ti!

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El apuro de tiempo es uno de los problemas más comunes contra los que se tiene que enfrentar el ajedrecista de torneos. El psicólogo especializado en ajedrez, Carlos Martínez, nos explica algunos factores psicológicos y como luchar contra ellos. 

Introducción

Mucho se ha escrito sobre el factor tiempo en ajedrez y como este influye en el juego, más concretamente, en la toma de decisiones y en el resultado de una partida. De lo escrito en la literatura ajedrecísitica sobre este tema destaco el libro de Jonathan Rowson “Los siete pecados capitales del ajedrez”. En el capítulo dedicado al pecado del perfeccionismo, el autor analiza las causas que llevan a los jugadores a caer en esta falta de tiempo. Y dice algo muy interesante a tener en cuenta: “Lo fundamental, sin embargo, es que no siempre es “pecaminoso” caer en apuros de tiempo, y que no siempre deberíamos recriminarnos por ello. Lo esencial es que comprenda usted que el reloj forma parte importante de una partida y que […] puede ser útil que vea ésta como una de las dimensiones del juego, que merece ser tratada con tanta atención como las otras”. Hay dos cuestiones a resaltar en esta cita:

  1. No siempre los apuros de tiempo son un verdadero problema. Hay partidas extremadamente complejas donde se requiere de un cálculo muy concreto y exacto y esto llevará a consumir mucho tiempo. De igual modo sucede si se encuentra ante una momento decisivo para la partida y debe analizar cuidadosamente esa jugada que, de nuevo, llevará a consumir mucho tiempo.

  2. Ver el reloj como una dimensión más del juego. En muchas ocasiones, no solo es suficiente comprender, planificar y calcular bien las posiciones sino que, además, estos procesos deben ser relativamente rápidos. El reloj es parte inherente del juego e influye notablemente. Por ello, es muy importante que si los apuros se convierten en una constante en su juego tome consciencia de ello y lo trabaje.

El objetivo del presente artículo es describir y reflexionar sobre algunas causas que llevan a los apuros de tiempo desde y proponer algunas estrategias que ayuden a trabajar y mejorar este aspecto del juego.

Los apuros: esa tranquilizadora excusa

Independientemente del nivel es muy común encontrarnos con jugadores que presentan dificultades para gestionar de manera adecuada su tiempo. Este hándicap lleva a cometer errores en una partida que se tenía controlada o, incluso, ganada. Suele suceder que el tiempo es utilizado como una excusa o justificación del resultado de la partida. El proceso, generalizando y resumiendo, sería así: comienza a consumir más tiempo que su rival buscando los mejores planes, ideas y jugadas de la posición. A medida que avanza el juego, su tiempo comienza a escasear pero su posición es claramente ventajosa. Apenas le queda tiempo al llegar el momento álgido y decisivo, pasa por alto un golpe del rival, una jugada intermedia, realiza un cálculo erróneo, etc. y pierde la partida o, en el mejor de los casos, hago tablas. Y, a partir de aquí, utiliza su propio apuro de tiempo como justificación de que ha jugado mejor que el rival y que si no llega a ser por dicho apuro, hubiera ganado sin ninguna duda. Como si el tiempo no fuera parte inherente de la partida y su buena gestión, fundamental para el éxito. Este proceso, con muchas variantes, se da con bastante frecuencia entre los jugadores.

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A veces pensamos demasiado… |Imagen: Mafalda.

No pretendo demonizar la falta de tiempo ni decir que siempre proyectan algún tipo de problemática. Sugiero que si estos son constantes, se pregunte y analice si no están poniendo de relieve factores que puede atender, entrenar y mejorar. Estos factores pueden ser de dos tipos: técnicos o psicológicos. Los factores técnicos tendrían que ver con el juego en sí, con el conocimiento, integración y práctica que se tiene acerca de posiciones. Son situaciones de la partida que a posteriori podemos observar con cierta claridad. Los factores de tipo psicológico son mucho más “silenciosos” y ocurre con frecuencia que no se tiene conciencia de ellos o se desconoce su importancia. El primer paso, pues, consistiría en darse cuenta, tomar conciencia sobre el proceso de pensamiento y analizar qué sucede: observar sincera y honestamente qué pasa por su mente durante la partida o en los momentos importantes de la misma. Solo a partir de aquí se pueden generar soluciones y alternativas concretas para trabajar y superar este fenómeno.

Otros factores psicológicos

Otro de los factores psicológicos más frecuentes que potencia o sostiene los apuros de tiempo es la falta de confianza del jugador. En el clásico libro “La psicología en ajedrez”, el GM Yuri Averbaj dice: “Mi propia experiencia manifiesta que la falta de tiempo no es ni mucho menos falta de habilidad para distribuirlo convenientemente, sino un defecto del carácter ligado con la indecisión; un defecto de la práctica relacionado con la vacilación. El ajedrecista se halla falto de tiempo no por no saber distribuirlo, sino porque no está suficientemente seguro de sí mismo, no confía en su cálculo y, por lo tanto, comprueba un sinfín de veces la misma variante”. Aunque se podrían matizar mucho estas palabras, Averbaj señala directamente a factores psicológicos y no a la mera habilidad para distribuir convenientemente el tiempo. La falta de confianza se puede observar, resumiendo, de dos maneras diferentes:

  1. Preguntando directamente al jugador para que relate su proceso de pensamiento durante la partida. La aparición de dudas en el análisis y/o toma de decisiones, entre otras, pueden mostrar esta falta de confianza.

  2. Constante consumo de tiempo en una serie de jugadas. Esta forma tiene que ver con el hecho de consumir varios minutos en jugadas consecutivas y que, en principio, no presentan una relevancia determinante para el desenlace de la partida.

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Algunas características de la falta de confianza son: dudas sobre las líneas que jugamos, incertidumbre sobre la valoración de la posición, sobreestimación de las posibilidades del rival, pensamientos pesimistas o negativistas sobre el resultado de la partida, etc. Entrenar ejercicios concretos de visualización y ejercicios técnicos de “fácil” resolución, ayudará a aumentar la confianza en las partidas.

Otro de los factores psicológicos que apoya la aparición de los apuros de tiempo es el miedo al oponente. Este miedo surge, principalmente, cuando juega contra rivales de una fuerza superior o cuando juega contra un jugador con un score en contra. Pretende realizar una buena partida donde no cometa errores. Analiza cuidadosa y escrupulosamente cada una de las jugadas intentando no pasar nada por alto. Dicho de otra forma: rigidiza la forma de pensar y jugar, pierde cierta libertad y creatividad en el análisis y evaluación de las posiciones. Mantener constante este estado de alerta genera, por una parte, un gasto descomunal de energía (cansancio) y, por otra, un consumo incesante de minutos (tensión). ¿Y si juega al ajedrez sin intentar demostrar nada a nadie? ¿Y si juega al ajedrez para disfrutar? ¿Y si resulta que disfruta plenamente de la partida, de las ideas y cálculos que va realizando?

Si hay alguien que ha provocado miedo en sus rivales ¡ese es Garry Kasparov! |Foto: Batalla de las Leyendas

Por último, quiero señalar otro factor decisivo que ya he citado al comienzo del artículo: el perfeccionismo. Dice Jonathan Rowson: “El perfeccionismo se manifiesta en el deseo de encontrar la mejor jugada en todas y cada una de las ocasiones […]. Los perfeccionistas tratan de jugar al ajedrez no como los jugadores de ajedrez que son, sino como el jugador de ajedrez que asumen ser en su forma más perfecta”. También Krogius en “La psicología del jugador de ajedrez” hace referencia a este hecho: lo llama dudas de carácter analítico y dice: “Se presentan cuando se insiste en hallar el movimiento mejor, único y exclusivo casi en cada posición. Esto hace que una variante aceptable no parezca bastante eficaz; se quiere encontrar algo más contundente”. Hay jugadores que pretenden castigar cualquier jugada del rival que resulta “extraña” o “extravagante” a sus ojos y su comprensión. Es lo que Rowson llama el moralizador. Este tipo de jugadores, o estrategias mentales diría yo, llevarán inevitablemente a un consumo de tiempo excesivo tratando de encontrar el error del rival y su consiguiente castigo. Esta forma de pensar creará tensión en la comprensión y toma de decisiones sobre el tablero y llevará a consumir un tiempo valioso y poco productivo. No existe la partida perfecta (aunque viendo algunas de Magnus Carlsen se pueda dudar de ello) y, por tanto, no se juega para castigar al rival acorde a un modelo perfecto. El juego consiste en ir resolviendo los problemas que se plantean. Usted no es un ser superior con poderes sobrenaturales, si no un jugador que trata de poner en práctica su mejor ajedrez, dándole sentido a aquello que sucede en la partida.

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A modo de conclusión

Aunque los apuros son un fenómeno habitual y sus causas generales se puedan concentrar en algunos pocos factores, las características personales juegan un papel decisivo y esencial en la comprensión, entrenamiento y solución del mismo y el trabajo comienza, precisamente, en ver cuales son los factores propios que potencian y apoyan este fenómeno.

Referencias

  • “Los siete pecados capitales del ajedrez”. Jonathan Rowson. La casa del ajedrez, 2004.

  • “La psicología en ajedrez”. N. V. Krogius. Ediciones Martínez Roca, Barcelona, 1972.

Bibliografía

  • “Ajedrez para cebras”. Jonathan Rowson. La casa del ajedrez, 2008.

  • “Chess Player’s Thinking. A cognitive psychological approach”. Pertti Saariluoma. Psychology Press, 1995.

  • “Practical Chess Psychology”. Amatzia Avni. B. T. Batsford Ltd, London. 2001.

  • “Chess Psychology: the will to win”. William Stewart. Everyman Chess, 2013.

Fuente

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