A pesar de su juventud (26 años), Magnus Carlsen ha entrado ya en esa categoría especial de campeones que luchan por la victoria casi todos los días, como hacían Bobby Fischer y Gari Kaspárov.
Pero esa actitud conlleva un mayor riesgo de derrotas, como la sufrida hoy ante el húngaro Richard Rapport en la 8ª ronda del torneo Tata Steel de Wijk aan Zee (Holanda). El estadounidense Wesley So sigue al mando, con medio punto más que el ucranio Pável Eliánov y el chino Yi Wei, y uno más que Carlsen, Kariakin, Aronián y Adhiban.
Como Carlsen hace cuanto puede para evitar a la prensa tras una derrota -más bien, tras cualquier partida de la que no esté satisfecho-, quizá no sepamos nunca cuánto ha influido hoy en él lo ocurrido ayer en un doble sentido: el cansancio de siete horas de lucha muy exigente, con posiciones muy técnicas y complejas, para empatar ante Anish Giri; y la omisión de un mate en tres que hubiera sido la guinda de su magnífica exhibición durante las cinco primeras horas.
Pero la lógica indica que mucho, porque el noruego, en su jugada 22, ha tomado una decisión más insensata que valiente, dado que la posición no justificaba esas alegrías. Rapport, quien fue el primero del mundo sub 20 hasta que cumplió 20 años, el pasado 25 de marzo, ha sido implacable desde ese momento, con un juego muy vigoroso que ha borrado del tablero al campeón del mundo.
El sorprendente desenlace del primer enfrentamiento entre ambos sitúa a siete jugadores con probabilidades razonables de ganar la septuagésimo novena edición del Roland Garros del ajedrez (la octogésima está garantizada para 2018). So sigue dosificando su energía, lo que hoy se ha traducido en un empate con negras sin mucha historia ante Kariakin. Y ello le permite mantener medio punto de ventaja sobre sus dos seguidores, tras el empate firmado por Yi Wei con negras ante Pentala Harikrishna. Pero la situación sería distinta si Eliánov hubiese rematado su tremenda exhibición frente a Radoslaw Wojtaszek, quien ha salido del ataúd cuando su muerte parecía confirmada.
La deslumbrante caída de Carlsen ha eclipsado otra partida magnífica, la que Aronián le ha ganado a Giri con un profundo sacrificio de calidad (diferencia de valor entre una torre y una pieza menor) a largo plazo. Así como el espectacular remate de Adhiban frente a Andreikin, con un doble sacrificio de calidad.
Tras el descanso de mañana, Carlsen volverá a la arena el martes con una ventaja: su calendario es, en teoría, menos duro que el de sus rivales: jugará con blancas frente a Van Wely, Adhiban y Kariakin; y con negras ante Harikrishna y Eliánov. Será una gran oportunidad para reconfirmar que es un gran campeón, pero el auge de So, el buen momento de Eliánov, el enorme talento de Yi Wei y la gran clase de Aronián pueden ponérselo muy difícil.
Fuente: elpais