Nació en San José de Chiquitos hace 96 años. Era agrónomo, escritor, pero sobre todo un campeón del deporte ciencia. Es otra víctima del covid-19.
Nació en la cuna de la cruceñidad hace 96 años. Se vino a Santa Cruz de la Sierra muy joven donde estudió y formó su familia, de la que se sentía muy orgulloso. Nunca olvidó sus raíces chiquitanas y siempre volvía a su pueblo natal. Admiraba el pasado glorioso misional y las manifestaciones artísticas josesanas. Él era Mario Darío López Justiniano, un campeón en todo sentido, que el domingo falleció en una clínica de la capital cruceña, víctima del Covid-19.
Estudió Agronomía, profesión que ejerció. Tenía dos grandes pasiones con las que destacó a escala nacional, las letras y el ajedrez. Presidió la Asociación Cruceña de Escritores y fue miembro de la Academia Cruceña de Letras.
Sus poemas se publicaron en libros y en diarios bolivianos, en los que se percibía su fina sensibilidad por su tierra y por la humanidad. Es el autor de la letra del himno a San José de Chiquitos.
Su otro gran talento, el deporte ciencia, igualmente le dio muchas satisfacciones. Entre 1953 y 1963 fue campeón de ajedrez de Santa Cruz. También ocupó el primer lugar en el podio de triunfadores a escala nacional y participó en varios eventos internacionales, como el Panamericano de 1963, en La Habana (Cuba), donde conoció a Ernesto ‘Che’ Guevara.
Mezclando sus dos pasiones, López Justiniano escribió un poema dedicado al deporte ciencia, al que llamó Soneto del ajedrez.
Ahora descansa en paz, Mario Darío López Justiniano pasó a mejor vida, un chiquitano, un cruceño, un boliviano que enseñó con el ejemplo y que siempre soñó con una sociedad mejor.