Antonio Agudelo fue un nombre que sonó bastante por las décadas de los ochenta y noventa. Era la época en que se enfrentaba a una de las grandes generaciones que ha dado el ajedrez colombiano.
Eran los tiempos dorados de Carlos Cuartas, Raúl Henao, Óscar Castro, Darío Alzate, Gildardo García y Alonso Zapata, entre otros. Y con todos esos genios del tablero, Agudelo se daba “madera”.
Estuvo en varias olimpiadas. Grecia, Suiza, Argentina y Cuba lo vieron pasearse con excelentes resultados. En Argentina logró 8,5 puntos de 12 posibles y es de los pocos que se dio el lujo de ganar el Torneo Capablanca, el más importante de Cuba, en 1984.
Pero como del juego ciencia era complicado vivir, por allá en 1996 decidió alejarse de los tableros profesionales y dedicarse a negocios para subsistir.
“El ajedrez no me dio plata, pero sí muchas satisfacciones y a pesar de estar retirado, de vez en cuando asisto a torneos. Y me dio por meterme en este certamen”, indicó.
Antonio, a sus 52 años, es uno de los ilustres participantes del Nacional Amateur que se juega en Medellín, con una masiva participación, 203 ajedrecistas de 19 ligas del país.
“No juego rigurosamente, pero trato de mantenerme en el medio. Aunque es difícil, porque yo cada año o dos participo en algún evento y por eso no tengo mucha preparación. Este torneo me está motivando para volver con más continuidad a la práctica de una disciplina que me apasiona”.
Hoy Antonio Agudelo disfruta del juego, con la tranquilidad de saber que ya no necesita ganar para conseguir algún dinero o costearse un viaje para representar a Colombia, como ocurría en el pasado.
“Ahora mi participación la tomo con tranquilidad, disfruto jugando. Antes también lo hacía, pero era más por pasión”.
Fuente: elcolombiano