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Julio Granda: “El ajedrez significa pensar con lógica, no actuar de una manera automática”

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Trujillo, Perú.- El dos veces campeón del ajedrez regresó a nuestro país después de 10 años con el afán de que este deporte individual sea “el símbolo del Perú”.

Julio Granda volvió a Trujillo después de 22 años, casi la mitad de toda su carrera ajedrecista, con muchos más logros. Provocó la rabia de la leyenda mundial, Anatoli Karpov, que se rindió. Es vicepresidente de la Federación Internacional de Ajedrez (Fide), y ahora promueve la práctica del tablero de los 64 casilleros a través de su fundación.

“La verdad que es una emoción (volver) a un lugar donde me han tratado y siempre me tratan bien”, confiesa el Gran Maestro del ajedrez al transitar por el centro histórico de Trujillo.

Este año, el arequipeño celebra 40 años de carrera deportiva dedicado al ajedrez. “Mi primer torneo fue en 1979 en Puerto Rico”. Durante estas cuatro décadas, el ajedrecista ha participado en unos 300 torneos internacionales, en los que ha habido “luces y sombras”, precisa. “Pero, honestamente, creo que el balance es positivo y ahora en una nueva faceta en mi carrera ajedrecista he vuelto a mi país”. Granda estuvo 10 años viviendo en España. Ahora, radica con su familia en la ciudad de Camaná “con el afán de difundir el ajedrez en todo el Perú, porque queremos que el ajedrez sea el símbolo del Perú”, declara el dos veces campeón mundial de ajedrez.

FUNDACIÓN

El flamante miembro de la FIDE revela que ha creado junto con su hija mayor, Lereyda, una fundación para promover dos pilares importantes del ajedrez, tanto en lo deportivo y como una herramienta educativa.

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“En el aspecto deportivo, Perú mantiene resultados internacionales en los últimos años; pero, también, el ajedrez, como herramienta educativa. El ajedrez siendo un juego pensante: hace que los niños, sobre todo, ejerciten su pensamiento lógico que está ligado a valores, está ligado a conocimientos. Y eso, considero, que es un aporte que puede hacer a la sociedad”, detalla.

TECNOLOGÍA

Julio Granda es consciente de que convive con y contra la tecnología, un sistema en el que también está incluido el ajedrez, y por el cual le ha costado adaptarse a estos “tiempos modernos”, como él lo llama.

“Lamentablemente hay un uso y abuso de las modernas tecnologías. El ajedrez significa poner una pausa, poner una reflexión, pensar con lógica. No actuar de una manera automática”, piensa y evoca al futuro de manera que recuerda todo el proceso de su carrera deportiva: Yo vengo del siglo pasado, todo viene tan rápido, tan vertiginoso.

AJEDRECISTA

Todo este avatar de la vida no fuera posible por el empeño que le dio su padre al descubrir en él su futuro: el ajedrez. “Definitivamente, mi padre fue un pilar fundamental en mi desarrollo ajedrecístico”.

Su padre, Daniel Granda, había practicado el ajedrez durante su juventud, pero, según Julio, “alguien le ganó y no le hizo mucha gracia que se retiró, o al menos no tenía ganas de que alguien le derrotara de esa manera”. Años después, el patriarca retornó al juego inspirado en el ‘Match del siglo’. “En el año 72, en plena Guerra Fría, dos representantes de las superpotencias: Unión Soviética, Boris Spassky, el vigente campeón; y flamante retador de los Estados Unidos, Bobby Fischer, se enfrentaron en Reikiavik (Islandia). Este tenía tal carisma y un genio del ajedrez que ganó ese mundial”.

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Con ese entusiasmo, Daniel Granda fue a comprar urgente un tablero que casi no había. “Lo tuvo que comprar a un ambulante un pequeño tablero que incluso tuvo que recortar los peones para que no se tuvieran que confundir con los alfiles y mi madre le hizo una premonición: ‘acuérdate que uno de mis hijos va a ser bueno en esto’”. A todos los hijos les fue enseñado el ajedrez, pero había una particularidad en Julio Granda: A mí no me gustaba perder. A nadie nos gusta perder, pero yo ya tenía muy bien marcado que creo que influyó ese temple competidor, porque competir no es fácil sobre todo en deportes tan exigentes e individuales que tú debes tener muchas virtudes para competir porque el talante es muy importante. El talante lo forjé en la infancia.

A partir de entonces, Julio Granda está incluido entre los mejores 100 ajedrecista del mundo, y con sus 52 años aspira a campeonar en la categoría Veteranos, por mientras continuará fomentando este deporte íntimo. “Tengo ese compromiso de desarrollar el ajedrez más en el Perú, mi país. Es un trabajo y un tremendo desafío, pero hay que tener retos en la vida”.

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